Edmundo González dice que España ha sido solidaria con Venezuela y lo que falta es su «reconocimiento pleno»
Confía en reunirse «próximamente» con Albares y confirma que el embajador español no estuvo cuando negoció su salida de Caracas
El opositor Edmundo González se muestra agradecido por la solidaridad de España con la democracia en Venezuela pero considera que lo que falta por parte del Gobierno español, que facilitó su salida de Caracas y le ha ofrecido asilo político, es su «reconocimiento pleno» como el ganador de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio.
En una entrevista con Europa Press, el veterano diplomático explica que desde su llegada a España el pasado 8 de septiembre su principal objetivo ha sido transmitir, tanto aquí como en otras capitales europeas que ha visitado, «la necesidad de recuperar la democracia y la institucionalidad democrática» en su país, donde el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó como vencedor a Nicolás Maduro.
También ha tratado de «recordar» que fue «el ganador con más de 7 millones de votos», que de haberse permitido votar a los venezolanos que se encuentran fuera del país «esa cifra tal vez hubiese sido mucho más alta», y que «nosotros aspiramos a que se respete la voluntad popular», precisa.
«El mensaje que hemos transmitido es el del reconocimiento pleno», subraya, admitiendo que es «lo que falta hacer por parte del Gobierno de España, que ha sido muy solidario, muy comprensivo con la situación venezolana, con el caso de la democracia en Venezuela, con la necesidad de restablecer los valores democráticos».
El diplomático, que aceptó ser el candidato de la oposición ante la imposibilidad de que María Corina Machado, la principal opositora al chavismo, pudiera presentarse a las presidenciales, se reunió tras su llegada a España tanto con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, para trasladarles ese mensaje.
PRÓXIMO ENCUENTRO CON ALBARES
Según indica, con Albares piensa poder reunirse «próximamente» para abundar en esta cuestión, ahora que países como Estados Unidos o Italia han dado el paso de reconocerle como presidente electo, pero no aclara cuándo se producirá ese contacto. «Cuando me reciba», se limita a decir.
González, que deja claro que su aspiración es poder regresar para tomar posesión como presidente de Venezuela el próximo 10 de enero, cuando arranca el nuevo mandato, tampoco se pronuncia sobre si el Gobierno está realizando alguna gestión para que esto sea posible o sobre si va a dar el paso de reconocerle como presidente electo. «Esas son cuestiones internas que maneja el Gobierno de España y no tengo elementos como para dar una opinión», responde.
Por lo que se refiere a su salida de Caracas, de donde voló a España en un avión de la Fuerza Aérea española, reconoce que fue todo muy precipitado pero no quiere entrar en muchos detalles de la tensión que se vivió las horas previas en la residencia del embajador español, Ramón Santos.
Inicialmente, el candidato presidencial se refugió en la Embajada de Países Bajos el 30 de julio tras ser alertado de que los servicios de inteligencia iban a por él. El embajador neerlandés, con quien tenía «una relación muy franca y muy cordial», «me abrió las puertas de su casa», afirma.
«LO MÁS PRÁCTICO ERA QUE SALIERA DEL PAÍS»
«Yo no me puse fecha de salida, sí supe de la entrada, pero no sabía cuándo iba a salir de esa situación», añade. Sin embargo, «a medida que pasaba el tiempo», habló con algunos amigos para analizar su situación. «Consideramos que lo más fácil, lo más práctico, era que saliera del país» y se optó por España porque además tiene familia en Madrid desde hace años, precisa.
Además, la residencia del embajador español, con quien también había una «relación cordial», «queda al lado de la Embajada de los Países Bajos», lo que facilitaba su traslado. Una vez allí, se volvió a tratar su situación y «se consideró que era oportuno solicitar asilo en España».
«Y eso fue lo que conversamos con los hermanos Rodríguez y discutimos un texto para acordar mi salida de la Embajada y venir a Madrid», recuerda. En su momento, González denunció que había sido objeto de «coacción, chantaje y presiones» por parte de la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, y del presidente de la Asamblea, Jorge Rodríguez, quienes acudieron a la residencia del embajador y le hicieron firmar un documento.
Ahora, reconoce que cuando se está negociando la salida del país es una situación compleja y difícil. «Hay que ser muy cuidadoso en lo que se dice, lo que se pone en un texto, y ahí acordamos algo que daba satisfacción a mí y a ellos para que pudiéramos acordar una salida de Caracas», se limita a señalar.
Lo que sí confirma es que el embajador español no estuvo presente en sus conversaciones con los hermanos Rodríguez, como ya había indicado previamente en un comunicado después de que el presidente de la Asamblea publicara fotos y un vídeo en el que se veía al diplomático español. «Facilitó la residencia, que fue donde yo permanecí los últimos tres días», puntualiza.