Ecuador acoge la Cumbre Iberoamericana lastrado por la inseguridad y las tensiones políticas
Ecuador, país anfitrión de la XXIX Cumbre Iberoamericana, llega a la cita con varios frentes diplomáticos y políticos abiertos con países de la región y en un contexto de inestabilidad social e inseguridad que ha llevado al Gobierno de Daniel Noboa a seguir decretando estados de excepción en las provincias consideradas más violentas, factores todos ellos que han contribuido a un récord de ausencias en el foro que arranca este jueves en Cuenca.
El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, tomó las riendas del país hace casi un año, tras unas elecciones convocadas de manera anticipada por su predecesor, Guillermo Lasso, ante la creciente presión de la Asamblea Nacional. La lucha contra los grupos armados se convirtió en uno de los grandes ejes de su reducido mandato y en enero de 2024, tras una serie de ataques vinculados a grupos del narcotráfico, Noboa declaró el estado de excepción y la existencia de un «conflicto armado interno».
El estado de excepción nacional terminó oficialmente en abril de 2024, pero sigue siendo una herramienta recurrente a nivel provincial. De hecho, a principios de octubre el Gobierno impuso esta medida en seis provincias y en la región metropolitana de la capital, Quito, durante un periodo de seis meses en el que las fuerzas de seguridad gozan de un mayor margen de maniobra a la hora de contener potenciales amenazas.
A medida que se han ido normalizando estas medidas, ha crecido también la preocupación internacional por los efectos colaterales. El Comité de Derechos Humanos de la ONU se declaró este mismo mes «alarmado» por la frecuencia con la que Ecuador recurre a los estados de excepción, en la medida en que para la población supone restricciones en materia de libertad de movimiento o de reunión y afectan «de manera desproporcionada» a grupos vulnerables.
Coincide en este análisis la directora para las Américas de Amnistía Internacional, Ana Piquer, que lamenta que «las medidas excepcionales que restringen los Derechos Humanos han pasado de ser temporales a convertirse en la norma en Ecuador», lo que deriva en «claras» repercusiones «negativas». «La población de Ecuador merece vivir en condiciones de seguridad sin tener que renunciar a sus derechos», expone, en un comunicado en el que apela a la comunidad internacional para que Ecuador «rinda cuentas».
El Gobierno, sin embargo, descarta por ahora un cambio de políticas y se agarra a los buenos resultados de sus medidas en términos estadísticos. En lo que va de año, el país suma 5.700 muertes violentas, un 18 por ciento menos que en el mismo periodo de 2023, año en el que Ecuador se posicionó como el Estado con más homicidios per capita de toda América Latina.
La situación sigue siendo límite en las principales cárceles del país, pese a que el Ejército prometió tomar las riendas. Los motines y las trifulcas son frecuentes, como las que dejaron esta misma semana 17 fallecidos en la Penitenciaría del Litoral, situada en Guayaquil y considerada como la más peligrosa del país, ya que de facto está controlada por las pandillas.
En los últimos años, los muertos en cárceles por incidentes violentos en prisiones se cuentan ya por cientos: más de medio millar de personas perdieron la vida en centros penitenciarios entre 2021 y 2023, según datos oficiales.
PROBLEMAS DE CALENDARIO O DISPUTAS POLÍTICAS
La inestabilidad política y social figura entre las excusas esgrimidas por los líderes iberoamericanos para no acudir a la cumbre de Cuenca –así lo ha expuesto por ejemplo una de las bajas de última hora, el paraguayo Santiago Peña–, en la que el Rey Felipe VI y el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, serán los únicos jefes de Estado que acompañen al mandatario anfitrión.
Otros, como el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, han aludido a cuestiones de índole interna en sus respectivos países, mientras que el hecho de que la Cumbre Iberoamericana se celebre pocos días antes de la reunión de líder del G20 en Río de Janeiro (Brasil) y coincida en fechas con la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) de Azerbaiyán y con el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), donde han confirmado asistencia el estadounidense Joe Biden y el chino Xi Jinping, no ha ayudado.
Así, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ha optado por reservarse para el G20, el colombiano Gustavo Petro quería acudir a la COP29 –finalmente no ha ido por el temporal en Colombia– y el chileno Gabriel Boric estará presente en la APEC, lo que dejaba ya de mano a la Cumbre Iberoamericana sin algunas figuras de primer nivel que pudiesen haber alentado la presencia de otros líderes de la región. Por su parte, el presidente de Argentina, Javier Milei, ha cambiado de agenda en la última semana para viajar a Estados Unidos y verse con el magnate Donald Trump tras su victoria electoral.
Ecuador no tiene relaciones diplomáticas con México, Venezuela y Nicaragua, que rompieron lazos después de que la Policía ecuatoriana asaltara la Embajada mexicana en Quito para detener al ex vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas el pasado mes de abril. Ninguno de estos tres países había enviado a sus respectivos presidentes a la cumbre anterior, celebrada en República Dominicana, pero para esta edición directamente estaban descartados de antemano.
ELECCIONES EN 2025
Noboa, que se ha desmarcado de las comparaciones con su homólogo de El Salvador, Nayib Bukele, volverá a presentarse a las elecciones de 2025, para las que figura a priori como favorito a falta de que se termine de reconfigurar el escenario político en Ecuador. La primera vuelta tendrá lugar el 9 de febrero y, en caso de que sea necesaria una segunda ronda, se celebraría el 13 de abril.
La alternativa previsiblemente será la Revolución Ciudadana impulsada por el expresidente Rafael Correa, que desde Bélgica ha hablado de «vergüenza» para lamentar la escasa afluencia de líderes a la Cumbre Iberoamericana. «El mensaje de la comunidad internacional frente a un aprendiz de tirano es claro», ha dicho en su cuenta de la red X, desde la que ha lamentado el «inmenso» daño causado al país por el actual Gobierno.