Economía-Banco de España dice que los cambios fiscales tienen «efectos distorsionadores» y precisan de análisis riguroso
Pide retomar la agenda reformista y «cautela» a entidades y consumidores ante el sobreendeudamiento
El Banco de España ha recordado este martes que los impuestos conllevan «efectos distorsionadores» sobre la actividad de los individuos, por lo que ve necesario que se haga un «análisis riguroso» sobre las consecuencias de los cambios de tributos con el fin de no «entorpecer» el crecimiento y la generación de empleo, al tiempo que ha pedido retomar la agenda reformista y no revertir reformas que han sido «útiles» en los años de crisis.
Durante la presentación del informe trimestral de la economía española, el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, ha rehusado hacer valoraciones sobre los cambios impositivos anunciados, ya que corresponde hacerlo al Ejecutivo, si bien ha defendido la idea «genérica» de que los ajustes se lleven a cabo de una manera que no «entorpezcan» demasiado el crecimiento de la economía y la creación de empleo.
«Todos los cambios impositivos tienen un efecto distorsionados, cualquier efecto», ya que «todos los impuestos afectan al comportamiento de los individuos», por lo que ve «preciso» realizar un «análisis riguroso» sobre este tipo de efectos cuando se contemplan cambios de cierta magnitud en la cesta de impuestos o aumento del gasto público.
Arce ha explicado que el organismo prevé la prolongación de la fase expansiva los tres próximos años, pero con una moderación del avance del PIB. En concreto, augura que la economía se desacelere hasta el 2,6% en 2018, una décima menos que su anterior proyección, al 2,2% en 2019, dos décimas menos, y al 2% en 2020, una décima menos, por el empeoramiento de las perspectivas acerca de la evolución de los mercados exteriores y, en menor medida, de una senda esperada del precio del petróleo algo más elevada.
De esta forma, España mantiene el ritmo de crecimiento del segundo trimestre y crecerá en torno al 0,6% en el tercer trimestre, ya que la desaceleración de la primera mitad del año está siendo «más persistente» y va a durar más, pero «aparentemente no se está intensificando de manera apreciable».
De hecho, España seguirá creciendo «claramente» por encima del potencial, situado entorno al 1% del PIB, en los próximos años, si bien sigue presentando riesgos, como las medidas de proteccionismo comercial, la incertidumbre asociada a la tensión política en Cataluña y el elevado endeudamiento público, que se va a reducir de manera «muy gradual» y se tardará «bastantes años» en rebajar el nivel hasta el 60%.
Por ello, ve necesario retomar una agenda de reformas estructurales que impulse el potencial de crecimiento de la economía para solventar algunas «ineficiencias» que todavía persisten. En detalle, ve necesario en el ámbito laboral facilitar la empleabilidad de los parados replanteándose las políticas activas de empleo para favorecer la incorporación laboral, así como afrontar los problemas de dualidad, ante la elevada temporalidad y los contratos con sueldos inferiores a los indefinidos.
También ve necesario acometer reformas en materia de Educación, ante la tasa de fracaso escolar, así como hacer frente a los problemas relativos a la capacidad directiva en muchas empresas, el sistema de pensiones y los problemas de dualidad empresarial, ya que hay «pocas empresas grandes y competitividad y muchas pymes». «La situación de elevada fragmentación parlamentaria (que presenta España desde hace varios años) dificulta el consenso entorno a estas cuestiones claves y para dotar a la economía de una mayor capacidad de resistencia», ha lamentado.
En esta línea, también aboga por no revertir las reformas acometidas en los últimos años que han resultado «útiles» en distintos ámbitos como el mercado laboral, las pensiones o el sistema financiero.
«LO MEJOR ES CUMPLIR LOS OBJETIVOS DE DÉFICIT»
Respecto al déficit, el Banco de España ha empeorado sus previsiones en una décima para este año, hasta el 2,8%, en dos décimas para 2019, hasta el 2,5%, y en o tras dos para 2020, hasta el 2,2%, lo que suponen cifras bastante superiores a las previstas por el Gobierno (2,7%, 1,8% y 1,1%, respectivamente).
A este respecto, Arce ha recalcado que en el organismo supervisor les «gusta» que se cumplan los objetivos de déficit, ya que es «lo mejor», si bien ha dicho que son conscientes de que el «giro político» determina las desviaciones de los objetivos. En cualquier caso, ha subrayado que sería «muy importante» que España salga este año del procedimiento de déficit excesivo, tal y como está previsto.
Igualmente, el organismo cree que en los próximos años se registrará un aumento de la tasa de ahorro de los hogares, ya que tras un dinamismo «muy fuerte» en los últimos años, particularmente en bienes duraderos», cree que a futuro la demanda embalsada -aquella que pospone la compra de bienes como vehículos o electrodomésticos– irá perdiendo relevancia.
En todo caso, ha pedido «cautela» a las entidades financieras y a los demandantes de crédito al consumo ya que, aunque todavía representa una parte muy pequeña, apenas el 0,5% de los activos bancarios, no es «nada» parecido a la burbuja inmobiliaria, ve preciso pedir «prudencia» a la hora de tomar decisiones sobre endeudamiento tras la crisis de los últimos años.
CATALUÑA CRECE MENOS POR EL IMPACTO DE LA TENSIÓN POLÍTICA
Por último, sobre Cataluña ha indicado que en el primer semestre del año pasado crecía «apreciablemente» por encima de las principales regiones del país, sin embargo ha perdido esa ventaja y ya «no está a la cabeza» de las principales CC.AA., sino que crece algo por debajo de las regiones más dinámicas, como Madrid, Comunidad Valenciana o Andalucía.
Entre los indicadores que reflejan un tono «más negativo», ha citado el comercio al por menor, las transacciones de vivienda o los datos de Seguridad Social. Según Arce, la economía catalana habría seguido creciendo más en ausencia del tensionamiento político, que «sin duda» le ha podido afectar de manera «bastante directa», aunque ha valorado que se trata de una economía con fuerte presencia de la industria y de las exportaciones.