Dos estudios piden datos genómicos en cáncer de próstata «étnicamente diversos» y pruebas genéticas «accesibles»
Dos estudios que se presentarán en el próximo Congreso ESMO Asia 2022 en Singapur, del 2 al 4 de diciembre, han destacado la necesidad de datos genómicos sobre el cáncer de próstata «étnicamente diversos» y de pruebas genéticas «accesibles».
En 2020 se diagnosticó cáncer de próstata a más de 1,4 millones de hombres en todo el mundo, pero las características moleculares de la enfermedad siguen sin conocerse en la mayoría de los pacientes del mundo.
El cáncer de próstata está bien establecido como una neoplasia maligna asociada a los genes BRCA que puede desarrollarse como consecuencia de un síndrome de cáncer hereditario, y se sabe que la predisposición a la enfermedad varía entre las diferentes etnias, siendo los hombres de ascendencia africana y caribeña los que tienen un mayor riesgo.
Sin embargo, apenas se está empezando a comprender el impacto de la ascendencia en las mutaciones somáticas que surgen en el tumor, probablemente como resultado de factores genéticos y no genéticos, sociales y ambientales, vinculados a la etnia.
«Estas diferencias relacionadas con la raza pueden condicionar el comportamiento de la enfermedad y su tratamiento, aunque nuestro conocimiento actual de la genómica del cáncer de próstata se limita en gran medida a los datos de Europa y Estados Unidos, en los que las etnias asiáticas y otras no caucásicas están escasamente representadas», ha explicado el doctor Rodrigo Dienstmann, del Grupo Oncoclínicas de Sao Paulo (Brasil) y del Instituto de Oncología Vall d Hebron de Barcelona (España).
Un estudio ha confirmado ahora la existencia de variaciones en el paisaje genómico del cáncer de próstata en los hombres chinos, mediante la realización de una secuenciación genética dirigida en los tumores de 1.016 pacientes chinos y la comparación de los resultados con los datos genómicos disponibles de The Cancer Genome Atlas, Memorial Sloan Kettering Cancer Centre y Stand Up to Cancer, que son cohortes representativas de hombres caucásicos.
«Las diferencias más importantes que observamos se concentraron en la enfermedad sensible a la castración e incluyeron menores tasas de mutación en los genes impulsores del cáncer de próstata, como el TP53 y el PTEN, entre los pacientes chinos en comparación con las cohortes occidentales, lo que puede explicar en parte el mejor pronóstico observado en los hombres asiáticos en este contexto», ha resaltado el autor del estudio, el doctor Yu Wei, del Centro Oncológico de la Universidad de Fudan en Shanghai (China).
Según el investigador, esto plantea la cuestión de si los beneficios demostrados por las terapias estándar actuales en los ensayos clínicos con pacientes occidentales pueden trasladarse a la población asiática, dadas las distintas respuestas al tratamiento inducidas por las diferentes mutaciones conductoras.
En el entorno resistente a la castración, las pruebas genéticas para un grupo de 15 genes responsables del daño y la reparación del ADN (DDR), incluidos BRCA1 y BRCA2, entraron en la práctica clínica en 2020 con la aprobación del inhibidor de PARP olaparib, que logró una reducción del 30 por ciento del riesgo de muerte en pacientes con enfermedad metastásica.
El estudio chino descubrió que las tasas de mutación en los genes que predicen la respuesta a estas terapias son similares en todas las razas, independientemente del estadio de la enfermedad. «Esto sugiere que los pacientes chinos pueden beneficiarse igualmente de los inhibidores de PARP siempre que puedan acceder al tratamiento, por lo que proponemos que todos los hombres asiáticos con cáncer de próstata metastásico se sometan a pruebas genómicas», ha señalado Wei.
Las Guías de Práctica Clínica de la ESMO para el cáncer de próstata recomiendan la realización de pruebas genéticas en la línea germinal para BRCA2 y otros genes DDR en todos los pacientes con cáncer de próstata metastásico junto con las pruebas del tumor o después de ellas, pero también en personas con antecedentes familiares de cáncer para permitir la identificación temprana de los portadores de mutaciones y contribuir a la prevención y el diagnóstico precoz de los tumores en los familiares.
«Sin embargo, lejos de ser una realidad, el acceso a las pruebas podría convertirse en un factor de profundización de las disparidades sanitarias en el futuro», ha destacado la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO, por sus siglas en inglés).
La tecnología recomendada en las pruebas moleculares del cáncer de próstata según el Grupo de Trabajo de Medicina de Precisión de la ESMO es la secuenciación multigénica de próxima generación, que es costosa y requiere pruebas de alta calidad y una interpretación compleja.
Tal y como se desprende de los resultados preliminares de una reciente encuesta de la ESMO sobre la disponibilidad y accesibilidad de las tecnologías biomoleculares en oncología en Europa, en la actualidad solo está disponible en determinados centros oncológicos académicos, y apenas en los países de ingresos bajos y medios.