Domenech (BBVA) dice que 2022 acaba «mejor de lo pensado» y que España crecerá por encima del 1% en 2023
Cree que el Euribor puede alcanzar el 3,5% en 2023 y afirma que el escenario base es «de crecimiento económico y ligera creación de empleo»
BILBAO, 20
El responsable de Análisis Económico de BBVA Research, Rafael Domenech, ha afirmado que 2022 acaba, «con dudas e incertidumbre», «mejor» de lo que se estimaba, y prevé un crecimiento de la economía española y vasca «ligeramente por encima del 1%». Además, cree que el Euribor puede alcanzar el 3,5% en 2023.
En una entrevista a Radio Euskadi, recogida por Europa Press, Domenech ha afirmado que 2022 ha sido el año de la «incertidumbre» porque se han juntado «un cúmulo de factores negativos», el principal de ellos la invasión de Ucrania por parte de Rusia y el efecto que todo esto tuvo en los mercados de materias primas, particularmente en los precios de la energía.
«Se acabará el año mejor de lo que pensábamos porque la economía europea, la española y la del País Vasco han demostrado que son más resilientes de lo que esperábamos», ha subrayado.
«A pesar de todas esas incertidumbres, esas expectativas tan negativas que había, sobre todo para la parte final del año, no se han materializado, y, al final, la probabilidad de tener recortes en el gas y que esto hubiera afectado negativamente la producción y nuestras economías cada vez tiene una probabilidad de ocurrencia menor», ha manifestado.
Domenech ha destacado que las economías se encontraban, en general, en una situación en la que «no habían acumulado grandes desequilibrios» y, durante la pandemia y la fase de recuperación «tanto los particulares como las empresas habían almacenado un importante volumen de ahorro, que han permitido amortiguar bastante bien el impacto de la inflación, a pesar de los efectos negativos que tiene».
Asimismo, ha señalado que el mercado de trabajo «se ha mostrado también con bastante fortaleza y el propio tejido productivo ha dado unas muestras de flexibilidad enormes, y cuando las incertidumbres eran mayores y los precios de la energía estaban en máximos, han sido capaces de tomar medidas para contrarrestrar y adaptarse a ese entorno».
Además, ha apuntado que, «sobre todo a partir del verano, los precios de las materias primas, sobre todo el gas y el petróleo, se han situado a niveles bastantes inferiores a los máximos que se habían alcanzado».
Todo ello, ha dicho, «ha terminado generando una situación que, aunque las dudas sigan siendo grandes y tenemos que seguir siendo bastante prudentes y no caer en un optimismo excesivo, es mejor de la que se esperaba hace unos trimestres».
PREVISIONES PARA 2023
En cuanto a las previsiones para 2023, Domenech ha dicho que, «dentro de esa de esa prudencia y suponiendo que no se materializan los riesgos mayores que todavía pueden atenazar a la economía, sobre todo europea», espera un crecimiento para la economía española y vasca que puede estar «ligeramente por encima del 1%».
«Lo fundamental va a ser la contribución que tengan en términos de actividad económica la ejecución de los fondos europeos, que el próximo año es cuando esperamos que tengan el mayor impacto sobre la actividad económica», ha apuntado.
Por otro lado, ante la posibilidad de una recesión, ha dicho que, «aunque sí que podríamos ver algún trimestre de crecimiento negativo, a eso no le llamaríamos recesión». Así, ha insistido en que el escenario base es «de crecimiento económico, de ligera creación de empleo y de mantenimiento de la tasa de desempleo».
En ese sentido, ha señalado que «la creación de empleo será suficiente como para absorber el crecimiento de la población activa» y, por lo tanto, «poder mantener prácticamente a lo largo del próximo año de media una tasa de desempleo que será muy similar a la de este año».
EURIBOR
En cuanto al incremento del Euribor, que marca los tipos de interés a aplicar en las hipotecas, ha reconocido que «la incertidumbre depende de cuánto tiempo va a tardar en ceder la inflación» porque, según ha afirmado, el Banco Central Europeo no sube los tipos de interés por capricho, sino por evitar un mal mayor, que la inflación se enquiste y se termine generando una espiral de precios, salarios y márgenes que terminaría siendo «mucho más nociva».
Según ha precisado, las previsiones de BBVA son que el próximo año la inflación en Europa se sitúe en el 6% en media y en España alrededor del 4% o 4,5%, y, en este escenario, esperan que los tipos de interés del Banco Central Europeo alcancen el 3,75%, «luego todavía hay algo de margen para que el Euribor suba algunos puntos básicos más».
En este escenario, ha considerado «fácil que el Euribor pueda alcanzar niveles del 3,5%, pero hay mucha incertidumbre, y, en estos momentos, es igual de posible 25 puntos básicos hacia arriba que 25 puntos básicos hacia abajo, por lo que una horquilla entre el 3,25% y el 3,75% sería perfectamente posible si se cumplen nuestras expectativas de inflación».
En relación a las medidas adoptadas por el Gobierno central para hacer frente a la subida de la inflación, con los subvenciones a la compra de combustible, ha defendido que, «por la urgencia de la situación, se tomaron medidas que era difícil que fueran distintas a las tomadas», pero, ahora, de cara a 2023, ha considerado que «las ayudas fiscales que ahora necesitamos tienen que ser muy focalizadas y selectivas» para «ayudar a los más vulnerables», además de «transitorias» porque, «al mismo tiempo que tenemos que llevar a cabo estas medidas fiscales, tenemos que controlar e iniciar ya el camino hacia la estabilidad presupuestaria y la consolidación fiscal».
En esa línea, ha considerado que «propuestas como cheques o ayudas alimenticias a aquellos hogares más necesitados, como ya han anunciado otros países europeos, parece más apropiado en estos momentos».
En cuanto a otras medidas como subir los impuestos a las clases más altas, ha señalado que «básicamente es una decisión más de carácter político» y ha considerado que el sistemas fiscal español es «bastante progresivo». Así, ha apostado por medidas y reformas que «aumenten la productividad y reduzcan la tasa de desempleo», además de poner «mucho énfasis en la en la mejora de la eficiencia del gasto público en todas las administraciones públicas».
SALARIO MÍNIMO
Por otro lado, se ha referido al informe de la Comisión Asesora para el Análisis del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en el que se recomienda una subida de hasta un 8,23% en 2023 del SMI para alcanzar los 1.082 euros brutos divididos en 14 pagas.
Tras desear que lo que se acuerde «salga por un acuerdo entre los agentes sociales», ha abogado por que «todas las ganancias salariales estuvieran basadas en ganancias y mejoras de productividad que, a largo plazo, es la mejor receta para que los salarios mejoren».
Domenech ha señalado que tras una serie de aumentos del salario mínimo, no se ha estudiado bien los efectos «más micro de cuáles son los colectivos más vulnerables que se han podido ver perjudicados por efectos secundarios que este tipo de medidas también tienen», ni tampoco se ha abordado «cómo podemos mejorar las políticas activas para que todos los trabajadores puedan salir beneficiados de estos aumentos de salario mínimo».
También ha apostado por otro tipo de políticas complementarias, porque «parece que la única política que podemos hacer es la del salario mínimo», cuando hay otras medidas como «los complementos salariales».
«No hay que perder de vista que lo que tratamos es de asegurar que las tasas de empleo sean las mayores posibles, que en ningún colectivo quede excluido de esa mejora de la productividad y de la prosperidad, y que la productividad sea lo más alta posible que nos permita que el salario mínimo pueda también crecer lo máximo posible», ha concluido.