Descubren en la cueva de La Garma huellas de niños del Paleolítico

Son 14 pisadas de 18 centímetros que se atribuyen a un juego infantil, similares a unas del mismo periodo de la cueva del Tuc D Audoubert

Los investigadores han descubierto rastros de huellas de niños paleolíticos, de hace unos 16.500 años, en una nueva galería de la cueva de La Garma (ubicada en el municipio de Ribamontán al Monte), que había pasado desapercibida hasta ahora por su difícil acceso.

En concreto, hay 14 pisadas que tienen una longitud de 18 centímetros de punta a talón, lo que correspondería en la actualidad a niños de entre seis y siete años. Además, se han detectado varias huellas del talón que no incluyen el resto del pie, por lo que se cree que podrían tratarse del resultado de un juego infantil.

El espacio en el que se han hallado se encuentra en un lugar elevado y muy profundo, que no era visible desde la galería inferior de la cueva ya que se encuentra unos 25 metros por encima, por lo que los investigadores han tenido que escalar y atravesar varios desniveles.

Este sector de la cueva se encuentra a unos 300 metros del exterior, una zona en completa oscuridad y a la que es «muy peligroso» llegar, por lo que se cree que los niños paleolíticos habrían llegado al lugar por otra entrada y que no habitaban en esta zona, sino que habrían llegado explorando.

Este nuevo hallazgo ha sido dado a conocer este lunes en rueda de prensa por el vicepresidente cántabro y consejero de Cultura, Pablo Zuloaga; la directora general de Patrimonio, Zoraida Hijosa; y los responsables de la investigación, el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria e investigador del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria Pablo Arias y el director del MUPAC y las Cuevas Prehistóricas de Cantabria, Roberto Ontañón.

Según han explicado, la exploración de las huellas y de este nuevo sector no ha hecho más que empezar, ya que únicamente se ha documentado fotográficamente el descubrimiento por el «dilema entre investigación y conservación», primando siempre esta última porque, al tratarse de un terreno arcilloso, las huellas se podrían destruir fácilmente si se pisa encima.

Así, aún no se ha estudiado si las pisadas serían de uno o más niños, para lo que habría que comprobar si son del mismo tamaño y analizar las que son de pies derechos e izquierdos.

Los investigadores han remarcado que la prioridad en La Garma es que todo «siga como está» y que por ello no se extrae «absolutamente nada» a no ser que esté en peligro de deterioro. Por ello, trabajarán con técnicas no invasivas como el láser para poder escanear y reconstruir los rasgos anatómicos para deducir el comportamiento de los niños.

«MUY POCAS» HUELLAS SIMILARES

Este hallazgo es «uno de los más llamativos» por su importancia científica y porque hay «muy pocas» huellas de este tipo de comportamientos. De hecho, existen unas en la cueva del Tuc D Audoubert, en el Pirineo francés, que significativamente son de la misma época a las que se atribuyen las de La Garma. En ella se han encontrado varios rastros de pisadas humanas que incluyen huellas de niños, algunas de ellas de talones.

Por este comportamiento se deduce que se trataba de un juego de niños motivado por la curiosidad, ya que podrían haber empezado a pisar con los talones al encontrarse esa zona blanda del terreno entre el resto de piedra caliza, y a arrancar fragmentos de arcilla, ya que también hay vestigios de dedos humanos en posición vertical como resultado de esta acción, e incluso una huella de un codo.

LA GARMA, UN LUGAR «INAGOTABLE»

Con este nuevo descubrimiento, La Garma se consolida como uno de los sitios más importantes del mundo para conocer el comportamiento humano en el Paleolítico. A su importante conjunto de arte rupestre, sus suelos y construcciones magdalenienses, se une ahora un testimonio vívido de la actividad de los miembros más jóvenes de aquella sociedad.

Así, los investigadores han remarcado que la cavidad es «inagotable», un lugar que «no se acaba nunca», lo que remarca los valores que llevaron en 2008 a la UNESCO a incluirlo en la Lista del Patrimonio Mundial, ya que desde entonces año tras año han aparecido nuevos descubrimientos que, además, son «auténticas maravillas».

En la misma línea se ha pronunciado Zuloaga, que ha destacado que tras 25 años de excavaciones la cueva cántabra «sigue dando titulares» y «no deja de sorprendernos», consolidándose como uno de los yacimientos paleolíticos «más importantes» a nivel mundial.

Por ello, tanto el vicepresidente como Arias y Ontañón han apuntado a la posibilidad de que La Garma siga «deparando sorpresas».

Además, han puesto de relieve que los responsables han sido «exhaustivamente cuidadosos» con sus trabajos ya que por el «error humano» se podrían haber destruido fácilmente las huellas como estas últimas encontradas.

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