Desarrollan un dispositivo que permite inducir alucinaciones y ayuda a identificar su origen en el Parkinson
Investigadores del Instituto de Investigación del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau – IIB Sant Pau, en colaboración con científicos en la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (EPFL), acaban de describir el circuito cerebral responsable de las alucinaciones menores en la enfermedad de Parkinson y su posible relación en la progresión de la enfermedad, y todo gracias al desarrollan de un nuevo dispositivo robótico capaz de inducir las alucinaciones.
El equipo liderado por el doctor Jaume Kulisevsky, director del grupo de investigación de Parkinson y trastornos del movimiento en el IIB Sant Pau y de la Unidad con el mismo nombre del Servicio de Neurología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y miembro del Centro de Investigación en Red Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED), y por Olaf Blanke, investigador principal en el EPFL de Ginebra, ha desarrollado un dispositivo robótico que permite inducir alucinaciones personas sanas y también en enfermos de Parkinson que, combinado con estudios de resonancia magnética les ha permitido estudiar los circuitos cerebrales responsables y identificar que son los mismos implicados en las alucinaciones formadas que dan lugar a problemas graves a los enfermos de Parkinson.
La enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más prevalente en el mundo después del Alzheimer y afecta sobre todo a las personas mayores. Se conoce principalmente por el temblor y los movimientos involuntarios en las extremidades que provoca en algunos pacientes, pero en realidad hay muchos otros síntomas de esta enfermedad neurodegenerativa.
Las alucinaciones en estos pacientes son frecuentes, pero sólo se consideraban síntomas de Parkinson las alucinaciones formadas, es decir, aquellas donde la alteración de la percepción es mayor. Así, por ejemplo pueden sentir que tienen alguien detrás, otra presencia en la misma estancia o perciben que algún animal u objeto pasa deprisa por el rabillo del ojo. Son muy frecuentes en enfermos de Parkinson, siendo cada vez más frecuentes a medida que la enfermedad avanza; y también son comunes entre el 5% de la población sana.
«En el pasado, no se daba importancia a este tipo de alucinaciones. Se atribuían a la medicación o bien quedaban sin identificar ya sea porque la gente no las comparte, quizá por vergüenza, o bien porque los profesionales sanitarios no preguntábamos sobre este tema», explica el doctor Jaume Kulisevsky, investigador del IIB Sant Pau y co-autor principal del estudio que se acaba de publicar en la revista Science Translational Medicine.
«Nuestro grupo de investigación ya identificó el papel clave de estas alucinaciones menores en la enfermedad de Parkinson y ahora, con este trabajo podemos concluir que los circuitos cerebrales responsables son los mismos que más adelante causarán alucinaciones mayores, un indicador grave de la progresión de la enfermedad y el deterioro cognitivo de los pacientes», señala.
El estudio, que se ha llevado a cabo con personas sanas y pacientes de Parkinson del Hospital de Sant Pau en Barcelona y en otros hospitales en Suiza y Francia, reafirma las bases funcionales del fenómeno de las alucinaciones y podría ser un buen marcador para estudiar el progreso de la enfermedad.
La investigación del grupo liderado por Kulisevsky sobre este tipo de fenómenos y sus trabajos previos indicando las alucinaciones menores como síntomas pre-motores a tener en cuenta, así como la descripción de los circuitos de atención y conectividad visual, hacen posible que este nuevo dispositivo se convierta en una nueva herramienta para el estudio y el diagnóstico del Parkinson. Como en la mayoría de enfermedades neurodegenerativas, hay que hacer esfuerzos en la detección precoz y en identificar dianas orientadas a desarrollar tratamientos que eviten la progresión.
El uso de este aparato robótico, en combinación con técnicas de resonancia magnética, ha permitido a los investigadores identificar las redes cerebrales implicadas en las alucinaciones y descubrir diferentes niveles de severidad o deterioro. Esto puede ayudar a los médicos a proporcionar una explicación a las personas afectadas, que al encontrarse más informadas pueden conocer y gestionar mejor su enfermedad.
«Esperamos que en un futuro cercano los médicos puedan emplear nuestra «prueba de estrés de alucinación» para inducir alucinaciones de presencia en condiciones seguras y controladas y cuantificar la sensibilidad de alucinación de un individuo. Por lo tanto, nuestro método y procedimiento se añade a los procedimientos médicos relacionados, como por ejemplo la prueba de estrés cardíaco», añaden.