Dermatóloga advierte de la importancia de acudir a un especialista para someterse a técnicas antienvejecimiento

La dermatóloga Sara Carrasco, participante en el I Congreso de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) Virtual Otoño 2020, ha advertido de que a las consultas de dermatología estética acuden personas que, tras someterse a una técnica antienvejecimiento «elegida más por el coste que por otro motivo», presentan infecciones, daños vasculares o descontento en general con el resultado, y cuando tienen estos problemas, «es cuando buscan el profesional de referencia».

«Lo triste es que esos problemas podrían haberlos evitado si, desde el principio, hubieran tenido en cuenta que estas técnicas deben ser utilizadas por especialistas como los dermatólogos», ha reflexionado la experta.

En este sentido, explica que una de las técnicas que más se utilizan «por el gran resultado que genera» son las nuevas técnicas infiltrativas con ácido hialurónico de última generación. La sustancia estrella que se emplea en estas técnicas infiltrativas es el ácido hialurónico, presente de forma natural en la piel y otros tejidos del cuerpo humano. Se trata de un polisacárido del grupo de los glucosaminoglicanos que se empezó a sintetizar a mediados del siglo XX con diferentes fines médicos. Entre sus propiedades, está la de retener grandes cantidades de agua y contrarrestar la formación de arrugas, generar la formación de colágeno y modificar la morfología de los fibroblastos.

Así, debido a sus propiedades, en medicina tiene diferentes usos, desde la cicatrización de heridas o úlceras por decúbito, como complemento a implantes en odontología, tratamiento para dolor articular, etc. Sin embargo, donde se ha disparado su uso es en el campo de la cosmética y la estética.

En este sentido, la experta insiste en que «en buenas manos, el empleo de ácido hialurónico permite mejorar la calidad de la piel, modificar la estructura facial, luchar contra el envejecimiento y todo ello bajo el paraguas de la armonización facial». Añade que «esto es muy importante porque la persona que quiere mejorar su aspecto también quiere reconocerse una vez realizado el tratamiento, quiere que se produzca un embellecimiento sin alterar considerablemente sus rasgos de identidad, por lo que se persigue una armonización facial integral».

TIPOS DE ÁCIDOS HIALURÓNICOS

Existen diferentes tipos de ácidos hialurónicos con distintas densidades y fortalezas, algunos se usan en cremas y muchos otros en inyectables. En función de sus propiedades, los dermatólogos los utilizan para unos fines u otros: «algunos nos sirven para corregir estructuras, por ejemplo, modificar un mentón pequeño, la forma de una nariz o resaltar pómulos, sin cirugía, sólo con ácido hialurónico; otros tipos se utilizan para borrar cicatrices, atenuar ojeras, elevar cejas, rellenar surcos y arrugas profundas, e incluso prevenir los signos del envejecimiento, ya que se utiliza como elemento de sostén para luchar contra la caída de los tejidos», detalla la doctora.

Así, por su parte, el coordinador del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica (GEDET) de la AEDV, el doctor Agustín Viera, ha anunciado que, desde la organización, han puesto en marcha cursos para residentes o dermatólogos que quieran formarse en dermatología estética, ya que «esta especialidad aporta un grado de conocimiento vital sobre la piel y sus estructuras, necesario para lograr resultados estéticos armoniosos y satisfactorios, minimizando los riesgos que pueden surgir en manos inexpertas».

Tanto la doctora Carrasco como el doctor Viera reconocen que hay que recurrir periódicamente a esta y otras técnicas para mantener un aspecto armonizado. «El envejecimiento es un continuo y los tratamientos también deben de serlo, y hay que tener en cuenta que la duración del efecto que produce el ácido hialurónico no es eterna, ya que esta sustancia la va reabsorbiendo el propio cuerpo», aclaran. Así, apuntan que «su permanencia dependerá del tipo de ácido hialurónico utilizado y de la zona donde se ha empleado, y esto oscila entre los 6 y los 18 meses».

Finalmente, el coordinador del GEDET insiste en que una de las grandes ventajas de esta técnica es que logra un aspecto natural y armonizado de la persona, junto con un nivel de seguridad muy elevado siempre que sea utilizado por un especialista. «Esto, en definitiva, es lo que genera un bienestar físico y psicológico en la persona que consigue mejorar su aspecto con un efecto muy positivo en su salud mental».

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