Del Burgo reconoce la entrega «legal de 500.000 pesetas y niega que justifique la existencia de contabilidad b en el PP
Ex dirigentes del PP declaran como testigos en el juicio en el que Fiscalía pide otros cinco años de prisión para Bárcenas
El ex diputado del PP Jaime Ignacio del Burgo ha reconocido este martes durante su declaración en calidad de testigo en el juicio por la presunta caja B del PP que se celebra en la Audiencia Nacional la recepción, hace 25 años, de 500.000 pesetas (3.005 euros) en metálico de las que le hizo entrega el entonces gerente del partido, Luis Bárcenas, para la concejal de UPN Elena Murillo, cuya vivienda había quedado destruida por un atentado de ETA.
Del Burgo, que ha prestado declaración por videoconferencia desde su domicilio, ha calificado en todo momento esta entrega de legal -firmó un recibo y a su vez la concejala un recibí que fue remitido a la gerencia del PP nacional- y ha cuestionado que el reconocimiento de esta operación fuera utilizado en la sentencia de la primera etapa de la trama Gürtel para hablar de la existencia de una caja b en el partido.
«Mi declaración contradice lo que dice esa sentencia», ha manifestado, para añadir que la recepción de esas cantidades «no implica la existencia de caja b porque en aquella época había donaciones anónimas, que por su propia naturaleza son entregas en metálico, y que el partido las tuviera para hacer pagos en privado no quiere decir nada sobre ilicitud de esos pagos o del procedimiento».
A preguntas del abogado de la acusación popular Virgilio de la Torre, que representa en este juicio al PSOE valenciano, Del Burgo ha insistido en que la recepción de las 500.000 pesetas para ayudar a una víctima de ETA fue «legítima» y que se siente «muy orgulloso» de ella porque la realizó «para ayudar a esa persona que estaba en un camping porque no tenía donde vivir».
Le entrega, en la sede del partido en la calle Génova de Madrid, se la hizo Bárcenas en persona, después de que él se la pidiera al entonces tesorero, Álvaro Lapuerta, que accedió.
A partir de ahí, y con algunos problemas en la comunicación por videoconferencia, Del Burgo ha señalado que durante su paso por el Congreso desde 1995 él siempre ha defendido la necesidad de suprimir las donaciones anónimas en los partidos políticos, algo que no se consigue hasta 2007.
«Si yo hubiera conocido que esos apuntes correspondan a una contabilidad b, si lo hubiera sabido en todo este tiempo y estando en contacto con Álvaro Lapuerta, que existía eso habría puesto el grito en el cielo y hubiéramos acabado con esa práctica», ha apuntado.
A partir de este momento, Del Burgo ha manifestado su intención de aclarar algunos aspectos relativos a la causa alegando que se le «machaca» en los medios de comunicación «con cosas falsas y que incluso están en una sentencia».
«Lo único que he sacado yo de la política es el derecho a defender mi honor», ha manifestado, momento en el que el presidente del tribunal José Mora Alarcón, le ha pedido que se ciña a las preguntas que le estaban realizando. En este momento la comunicación ha vuelto a cortarse y el tribunal ha preferido llamar al segundo testigo, el también exdiputado Eugenio Nasarre, para intentar recuperar más tarde la videoconferencia con Del Burgo.