Defensa de la Sanidad Pública denuncia que el gasto en Atención Primaria «sigue siendo bajo» y menor que en 2010
La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) ha denunciado que el gasto sanitario en Atención Primaria «sigue siendo bajo» en las comunidades autónomas, ya que el porcentaje con respecto al gasto sanitario público total todavía está por debajo del de 2010 (0,74 puntos menos en 2019).
En un informe presentado este martes en rueda de prensa, el portavoz de FADSP, Marciano Sánchez-Bayle, ha criticado que «los datos avalan la percepción de que la Atención Primaria continúa sin ser una prioridad en el sistema sanitario».
En cuanto al gasto sanitario, los datos que recoge el documento son de gasto sanitario consolidado (es decir el realmente producido): los más recientes son los disponibles de 2019, y de presupuestos aprobados, que son más recientes pero que tienen la desventaja de que habitualmente el gasto real se sitúa por encima de lo presupuestado.
Así, lamentan que «en los presupuestos para 2022 no está previsto que se recupere» esta inversión. Asimismo, Sánchez-Bayle ha apuntado que «hay una gran dispersión» en este gasto: en 2019 y en porcentaje sobre gasto sanitario público va entre el 18,01 por ciento de Andalucía hasta el 11,21 por ciento en Madrid. En los presupuestos de 2022 fluctúa entre el 17,1 por ciento de Extremadura y el 10,73 por ciento de Madrid.
En euros por habitante y año, el gasto promedio en 2019 fue de 211,01 euros, entre 272,48 de Extremadura y 150,08 de Madrid. «Unas diferencias tan importantes generan necesariamente grandes desigualdades en las prestaciones de la AP entre las CCAA», ha lamentado el portavoz.
En el apartado de recursos, el informe detalla que en 2020 se produjo un «ligero aumento» en el número de tarjetas sanitarias por profesional de medicina de familia y de enfermería y un descenso por pediatra y administrativo respecto a 2018 (+3, +24, -13 y -55, respectivamente), con gran variabilidad entre CCAA, manteniéndose unas ratios muy elevadas en todas ellas.
De esta forma, en medicina de familia en 2020 las ratios van desde 1.538 en Madrid a 909 en Castilla y León. Las tarjetas sanitarias por profesional de medicina de familia han aumentado en 9 CCAA y disminuido en el resto, aunque las variaciones «han sido pequeñas».
El porcentaje de profesionales con más de 1.500 tarjetas sanitarias es elevado (37,1%). «Es difícilmente tolerable, en algunas es escandaloso, como en el caso de Baleares (82,7%) y Madrid (53,57%). En la región madrileña se encuentran el 52,22 por ciento de los profesionales sanitarios que tienen asignadas más de 2.000 tarjetas sanitarias en todo el país.
En pediatría, mientras tanto, la ratio sigue siendo elevada, aunque en descenso. «Probablemente debido a la bajada de la natalidad», ha precisado el portavoz de FADSP.
Las ratios oscilan entre 1.137 de Baleares y 772 de Castilla y León. El porcentaje con más de 1.250 tarjetas sanitarias es del 7,53 por ciento, más elevado en Madrid 21,37 por ciento y Baleares 20,27 por ciento. Nuevamente, Madrid tiene el 51,94 por ciento de los médicos que tienen más de 1.500 tarjetas sanitarias de todo el país.
En enfermería, Sánchez-Bayle ha señalado que «se mantiene la situación atípica de nuestro sistema sanitario», que hace que el número de profesionales de enfermería sea menor que el de medicina en AP cuando el promedio de la OCDE está en 1,5 a favor de la enfermería. A pesar de ello la ratio empeora entre 2019 y 2020, siendo en este año de 1.509 tarjetas sanitarias por profesional con variaciones entre 1.988 (Madrid) y 1.094 (La Rioja).
Al margen de los sanitarios, el personal administrativo «ha mejorado ligeramente, si bien continúa con ratios muy elevados (2.724 en 2020) y oscila entre 5.131 de La Rioja y 1.343 de Canarias». «La falta de este personal administrativo es precisamente una de las principales causas de la sobrecarga burocrática del personal asistencial que dificulta sus tareas», ha sostenido Sánchez-Bayle.
LAS CONSULTAS SIGUEN AL ALZA
El número de consultas de AP aumentó globalmente entre 2019 y 2020 (un 12,59% más), rompiendo la tendencia de años anteriores a la disminución, debido a la pandemia de COVID-19.
Las consultas de medicina predominan sobre las de enfermería (1,79 en 2020 frente a 1,76 en 2019), «probablemente como resultado tanto de un menor número de estos profesionales como a las tareas que estos han tenido que asumir durante la pandemia, con la realización de test en este primer año, a lo que posteriormente hay que sumar la vacunación».
Igualmente, FADSP ha esgrimido que la tasa de urgencias y emergencias es «elevada», aumentando las que son resueltas por el centro coordinador (94,88 en 2020 en comparación con 44,51en 2019) y bajan ligeramente las que requirieron un desplazamiento profesional (101,22 y 102,84 respectivamente).
TAMBIÉN AUMENTA EL GASTO FARMACÉUTICO
En relación al gasto farmacéutico por recetas, Sánchez-Bayle, que depende mayoritariamente de AP, aumento un 17,73 por ciento entre 2014 y 2020, experimentando crecimiento en todas las comunidades autónomas.
El gasto por habitante fue en 2021 de 247,9 euros/habitante y año de promedio, un aumento de 14,5 euros desde 2019, y desde 2014 el aumento es del 19,7 por ciento (40,8 euros per cápita más). El aumento se produjo en todas las CCAA con excepción del País Vasco y fue mayor en Andalucía (31,7%) «probablemente ligado a la desaparición de las subastas de medicamentos con el gobierno del PP en esta comunidad autónoma», ha criticado Sánchez-Bayle.
«Todos los datos señalan que la AP se encontraba seriamente debilitada antes de la pandemia y que esta no hizo sino agravar las cosas y llevarla a una situación crítica», ha remachado el portavoz de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública.