Decenas de muertos en nuevos combates entre Estado Islámico y la rama de Al Qaeda en Malí
Decenas de personas han muerto en nuevos combates entre el grupo yihadista Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS) y la filial de Al Qaeda en Malí, el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), durante los últimos días, en el marco de unos enfrentamientos destinados a mantener o expandir sus zonas de control e influencia en el país africano.
Fuentes citadas por la emisora Radio France Internationale han señalado que los enfrentamientos, registrados en las localidades de Indelimane, N Daki y Ntillit, en la provincia de Gao (norte), han estado focalizados, antes de agregar que no se ha tratado de combates a gran escala.
Así, han detallado que se ha tratado de escaramuzas, asesinatos y emboscadas, si bien por el momento ni ISGS ni JNIM se han pronunciado sobre lo ocurrido ni hay un balance fiable sobre los combates, que se habrían saldado con «una ventaja para JNIM», según las citadas fuentes.
Por otra parte, las fuentes han destacado que durante los últimos días la operación Barkhane, encabezada por Francia, ha llevado a cabo varios bombardeos contra posiciones de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), integrada en JNIM.
La operación ha rechazado hacer «comentario alguno» sobre si estas operaciones podrían haber beneficiado a ISGS y ha recalcado que sus acciones se ejecutan «según las capacidades disponibles» y «sin discriminación» entre los grupos terroristas a los que pertenezcan los objetivos atacados.
Los enfrentamientos a mayor escala entre estos dos grupos estallaron en primavera en la zona de las Tres Fronteras, entre Malí, Níger y Burkina Faso, en los que participaron cientos de combatientes, si bien ISGS y JNIM han protagonizado otros combates de forma esporádica por el control de sus zonas en Malí.
Estado Islámico reconoció en mayo por primera vez combates con Al Qaeda en esta zona del continente y describió a los miembros del JNIM como «apóstatas», en medio de las crecientes tensiones entre ambos grupos, que hasta entonces habían mantenido un entendimiento, si bien no una cooperación total a la hora de llevar a cabo ataques, que provocó que el Sahel fuera una excepción a la lucha entre ambos grupos en otros países.
El argumento esgrimido por Estado Islámico para enfrentarse a la filial de Al Qaeda que lidera Iyad ag Ghali fueron las supuestas negociaciones entabladas entre este grupo y el Gobierno maliense. El entonces presidente del país, Ibrahim Boubacar Keita, anunció en febrero su disposición a hablar tanto con Ag Ghali como con Amadou Koufa, ambos de nacionalidad maliense, para poner fin a la violencia.