De las más de 47 millones de dosis administradas hasta julio, sólo se han detectado 32.900 efectos adversos
De las 47.780.916 dosis de vacunas frente a la Covid-19 que se administraron en España hasta el pasado 11 de julio, sólo se han registrado 32.901 notificaciones de acontecimientos adversos, lo que correspondería a 67 notificaciones por cada 100.000 dosis administradas, según se desprende del 7º Informe de Farmacovigilancia sobre Vacunas COVID-19, elaborado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
Los acontecimientos más frecuentemente notificados siguen siendo los trastornos generales (fiebre y dolor en la zona de vacunación), del sistema nervioso (cefalea y mareos) y del sistema musculo-esquelético (mialgia y artralgia).
Asimismo, hasta el 11 de julio, e 70 por ciento de las dosis administradas correspondieron a la vacuna de Pfizer, el 18 por ciento a la de AstraZeneca, el 9 por ciento a la desarrollada por Moderna y el 3 por ciento a la de Janssen. Del total de personas vacunadas, un 53 por ciento fueron mujeres, el 69 por ciento tenía entre 18 y 65 años, y el 31 por ciento eran mayores de 65 años.
Ahora bien, la mayoría de las notificaciones de efectos adversos de las vacunas corresponden a personas de entre 18 y 65 años (88%) y mayoritariamente a mujeres (77%). Así, de las 32.901 notificaciones de acontecimientos adversos, 6.390 fueron consideradas graves, entendiéndose como tal cualquier acontecimiento adverso que requiera o prolongue la hospitalización, de lugar a una discapacidad significativa o persistente, o a una malformación congénita, ponga en peligro la vida o resulte mortal, así como cualquier otra condición que se considere médicamente significativa.
De las notificaciones de acontecimientos adversos consideradas graves recibidas hasta el 11 de julio, 254 presentaron un desenlace mortal. En este punto la AEMPS ha explicado que estos acontecimientos no pueden considerarse relacionados con las vacunas por el mero hecho de notificarse.
Y es que, en la «gran mayoría» de los casos notificados en España, el fallecimiento se puede explicar por la situación clínica previa del paciente y/u otros tratamientos que estuviera tomando, y las causas son diversas sin presentarse un patrón homogéneo.
«La vacunación no reduce las muertes por otras causas diferentes a la COVID-19, por lo que durante la campaña de vacunación es esperable que los fallecimientos por otros motivos diferentes sigan ocurriendo, en ocasiones en estrecha asociación temporal con la administración de la vacuna, sin que ello tenga que ver con el hecho de haber sido vacunado», destaca el informe de la AEMPS.
EFECTOS DE LAS VACUNAS
Por otra parte, en el trabajo se señala que puede presentarse muy raramente miocarditis y/o pericarditis después de la administración de las vacunas de Pfizer o Moderna, si bien se ha establecido que exista relación causal con las otras dos vacunas disponibles. La mayoría de los casos evolucionan favorablemente y aparecen tras la segunda dosis en varones jóvenes.
Asimismo, se encuentra en estudio la posible aparición de astenia, letargia, disminución del apetito y sudoración nocturna tras la vacunación con la vacuna desarrollada por Pfizer. Del mismo modo, la AEMPS ha informado de que tras la evaluación de la información disponible se ha concluido que actualmente no se puede establecer una relación causal con la aparición de trombocitopenia inmune.
Respecto a la vacuna de AstraZeneca, se han identificado como posibles reacciones adversas, dolor en las extremidades, en el abdomen y síntomas pseudo-gripales (tales como fiebre, irritación de garganta, tos y escalofríos). Además, se encuentra actualmente en evaluación la posible asociación con la aparición de síndrome de Guillain-Barré, encefalomielitis diseminada aguda y encefalitis, trombocitopenia inmune y neuroretinopatía macular aguda.
En cuando a la vacuna contra el coronavirus desarrollada por Janssen, el síndrome de fuga capilar se ha establecido como posible reacción adversa y se ha contraindicado su administración en personas que lo hayan sufrido con anterioridad. Del mismo modo, se ha identificado el síndrome de Guillain-Barré (SGB) como una posible reacción adversa que puede aparecer muy raramente.