De Cos aboga por un pacto de rentas que incluya al sector público y evite un impulso fiscal generalizado

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, considera que el pacto de rentas debería incluir al sector público, evitando tanto un impulso fiscal generalizado como un uso generalizado de las cláusulas de indexación automática en las partidas de gasto en este contexto de escalada inflacionista.

El gobernador del Banco de España, al igual que el Gobierno, ha vuelto a insistir este jueves en el impulso de este pacto de rentas, que pasa por que empresas y trabajadores, en el marco del diálogo social, acuerden compartir la «inevitable» pérdida de renta nacional que supone el aumento de los precios de las importaciones de productos básicos.

«Evitar este bucle es precisamente el objetivo prioritario del acuerdo de rentas que venimos defendiendo en los últimos meses en el Banco de España», ha remarcado el gobernador durante su intervención en la primera Conferencia anual sobre Economía Española organizada por el Banco de España.

Y es que, en este incierto escenario ante la guerra en Ucrania, uno de los principales puntos preocupantes está siendo el significativo aumento de la tasa de inflación a nivel mundial, europeo y español. En concreto, la inflación en España aumentó significativamente en 2021 y se aceleró aún más a principios de 2022, alcanzando 10% en junio.

Además, el gobernador ha señalado que aunque las subidas de precios se concentraron inicialmente en las materias primas y los alimentos y parecían tener un carácter relativamente temporal, en los últimos trimestres su intensidad ha sorprendido sistemáticamente al alza, extendiéndose al resto de bienes y servicios de la cesta de consumo y mostrando signos de mayor persistencia.

Por ello, el análisis del actual episodio inflacionista, Hernández de Cos ha remarcado a que una dinámica de moderación de los salarios una reducción de los márgenes comerciales evitarán la aparición de un bucle de retroalimentación entre precios y salarios.

UN CONTEXTO DE INCERTIDUMBRE, AGRAVADO POR EL CORTE DEL GAS RUSO

El gobernador ha explicado que la recuperación que venía experimentando la economía española tras la fase más aguda de la pandemia se ha visto atenuada por las interrupciones en la cadena de suministro y, en la segunda mitad de 2021, por el aumento de los precios de las materias primas energéticas agravado por la invasión rusa de Ucrania.

Pese a esta recuperación que se había iniciado, en el primer trimestre de 2022, el PIB de España seguía estando 3,3 puntos porcentuales por debajo de su nivel prepandémico, mientras que en la zona del euro se situaba 0,5 puntos porcentuales por encima de su marca anterior a la crisis.

Según las últimas proyecciones del Banco de España, publicadas el pasado mes de junio, en ausencia de nuevos shocks o de una escalada de la guerra en Ucrania, se prevé que la economía española siga una senda de recuperación gradual, que podría alcanzar los niveles de PIB prepandémicos en el tramo final de 2023.

Pero las proyecciones están rodeadas de una «incertidumbre extraordinariamente alta», en particular relacionada con la evolución de la guerra en Ucrania. Algunas de estas incertidumbres ya están teniendo un impacto negativo en la economía mundial y tienen el potencial de afectar significativamente a las perspectivas de crecimiento.

A modo de ejemplo, una hipotética interrupción de las importaciones de materias primas energéticas procedentes de Rusia golpearía duramente a la economía europea y española. De hecho, últimas simulaciones Banco de España muestran que tal escenario tendría un impacto negativo de entre el 0,8% y el 1,4% sobre el PIB español en el primer año.

INSISTE EN EL DISEÑO DE UN PLAN PLURIANUAL DE CONSOLIDACIÓN FISCAL

Además, desde el Banco de España han vuelto a advertir de que en los próximos años, el endeudamiento público se mantendrá muy cerca o incluso superará los niveles actuales, a menos que se aplique un ambicioso plan de ajuste fiscal.

En concreto, varias simulaciones indican que si no se realiza ningún ajuste fiscal en España en los próximos años, la presión ejercida por el envejecimiento de la población sobre el gasto público hará que aumente la ratio deuda pública/PIB.

Por el contrario, en un escenario alternativo en el que se realice un esfuerzo de consolidación, coherente con el mantenimiento del saldo primario estructural previsto en la última macroeconomía del Banco de España para 2024, la ratio de deuda pública se situará en niveles cercanos al 120%.

Si se produjera un mayor ajuste fiscal, por ejemplo, si el saldo primario estructural mejorara en 0,5 puntos porcentuales cada año hasta alcanzar el equilibrio -una senda más coherente con las normas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento-, la deuda pública podría reducirse al 82% del PIB en 2040.

Si este ajuste fuera acompañado de un ambicioso paquete de reformas estructurales, la ratio de deuda pública podría situarse en torno al 79% del PIB en 2040.

Por ello, el organismo insiste en que se debe diseñar cuidadosamente un plan plurianual de consolidación fiscal y aplicarlo con rigor una vez que la economía española se encuentre en la senda de la recuperación.

En este sentido cree que cuanto antes se diseñe y anuncie dicho plan integral será mejor, ya que esto ayudaría a aumentar la confianza y a reducir la incertidumbre, algo especialmente importante en el contexto de la normalización de la política monetaria.

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