DBRS Morningstar ratifica el impago selectivo de la deuda de Argentina
La agencia de calificación crediticia DBRS Morningstar ha confirmado la situación de «impago selectivo» para los ratings como emisor a corto y largo plazo en moneda extranjera de Argentina ante la ausencia de un acuerdo con una parte significativa de sus acreedores para la reestructuración de su deuda y los problemas fiscales y monetarios del país en un contexto marcado por el impacto de la pandemia de Covid-19.
«Los esfuerzos de Argentina para negociar un acuerdo de reestructuración de la deuda que cuente con una participación suficiente de sus acreedores privados aún no han concluido», señala la agencia, destacando que el Gobierno parece estar cerca de un acuerdo y ha establecido un nuevo plazo para el 4 de agosto en su nueva oferta de canje.
En su análisis, la agencia señala que la economía argentina no ha crecido en aproximadamente ocho años como resultado directo de las debilidades de la política macroeconómica y el impacto de sucesivos choques externos, añadiendo que, a pesar de los esfuerzos para limitar la financiación monetaria del déficit fiscal, la reducción del déficit sigue siendo un importante desafío político, exacerbado por la pandemia en curso.
En concreto, el desempeño de la economía del país austral en los últimos ocho años arroja un decrecimiento medio del 0,3% anual en los últimos ocho años, con una contracción del PIB del 4,8% en el primer trimestre de 2020 ante el impacto de las restricciones aplicadas para frenar la propagación del coronavirus.
El pasado mes de abril, el Fondo Monterio Internacional (FMI) proyectó un crecimiento del PIB del -5,7% para 2020 y lo empeoró en junio al -9.9%. De cara a 2021, el FMI anticipa una recuperación relativamente modesta del 3,9%, aunque el momento de tal recuperación sigue siendo altamente incierto debido a la pandemia y el potencial de una mayor debilidad en la demanda global.
«La estabilidad macroeconómica de Argentina y las perspectivas de crecimiento a mediano plazo seguirán dependiendo en gran medida de la capacidad del Gobierno para reducir de manera duradera la inflación a través de la disciplina fiscal y monetaria», advierte la agencia.
En este sentido, DBRS Morningstar considera que «incluso si Argentina emerge de una reestructuración con un perfil de deuda más favorable, es difícil imaginar una mejora significativa en su perfil crediticio en ausencia de un esfuerzo creíble de estabilización macroeconómica» y advierte de que la reducción de las tasas de inflación en el país responden al debilitamiento por el impacto del coronavirus, aunque pueda dar a las autoridades una falsa sensación de seguridad con respecto al crecimiento del dinero.
«Mientras la inflación se mantenga alta, la economía argentina será vulnerable a episodios periódicos de fuga de capitales», apunta la agencia.
Por su parte, la carga de la deuda pública de Argentina ha aumentado dramáticamente en los últimos años debido a la elevada inflación y una extensa dolarización de la economía, puesto que más del 77% de la deuda pública del país está denominada en moneda extranjera. De este modo, la agencia considera que la sostenibilidad del perfil de la deuda resultante de los esfuerzos de reestructuración actuales dependerá de la capacidad de Argentina para reducir la inflación y estabilizar el peso.
«Dada la respuesta fiscal al coronavirus y sin un ajuste macroeconómico y financiamiento externo, la capacidad de Argentina para reducir la monetización y controlar la inflación estará severamente limitada», advierte DBRS Morningstar.
«Las autoridades pueden ser reacias a confiar en el FMI para algo más que una modesta extensión de los fondos existentes. Desafortunadamente, en el contexto de las condiciones globales actuales, DBRS Morningstar considera que la probabilidad de un ajuste macroeconómico exitoso sin apoyo multilateral es muy baja», apunta.