Díaz pide un impuesto global a grandes fortunas «para proteger a las víctimas de la crisis climática»
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, se ha mostrado este lunes partidaria de implantar un impuesto internacional a las grandes fortunas con el objetivo de proteger «a las principales víctimas de la crisis climática», así como de establecer un gravamen a los beneficios extraordinarios de empresas de combustibles fósiles.
En unas jornadas sobre fondos europeos organizadas por el diario.es, Díaz ha subrayado que en el informe de desigualdad climática de este mismo año se apunta a la viabilidad de establecer un gravamen de entre el 1,5% y el 3% en el patrimonio del 0,001% de la población adulta mundial, es decir, «poco más de 60.000 personas» cuyo patrimonio supera los 100 millones de dólares.
«Creo humildemente que no solamente es posible, sino que urge hacerlo», ha dicho la vicepresidenta, quien también ha apostado por introducir un gravamen extraordinario a las empresas de combustibles fósiles como ha pedido el secretario general de Naciones Unidas.
«De esto tenemos que hablar, de esto va el cambio climático, de esto va el reparto de las cargas, de esto van los grandes desafíos de la época», ha subrayado Díaz, que considera que estos impuestos innovadores ayudarían a reducir la desigualdad de la emergencia climática.
En este sentido, ha denunciado que el cambio climático no lo sufren igual los barrios donde las rentas son más elevadas que los que son más pobres. «Quien más contamina y menos sufre las crisis sociales es el que más tiene que aportar», ha insistido.
Para Díaz, «el mayor desafío» actual es la emergencia climática, por lo que ha pedido a Bruselas que no ralentice la agenda verde europea. «Le quiero decir a la presidenta de la cComisión con claridad que no podemos permitirnos retrocesos, que es urgente acelerar la legislación medioambiental junto a medidas de acompañamiento para luchar contra la desigualdad», ha remarcado Díaz.
La vicepresidenta ha advertido en este sentido de que tanto las instituciones europeas como sus Estados miembros más austeros promovieron hace diez años una política de recortes sociales que «destrozó» el futuro de España.
«Hoy España es un tren que va hacia el futuro, que está en marcha y no puede dar marcha atrás. Y creo que de esto va el debate de las próximas elecciones ¿Va de volver a perder una década? ¿De volver a perder lo mejor de nuestro país? ¿El talento de nuestros jóvenes? ¿O va de abrir paso? ¿Va de esperanza? El debate de estas elecciones va de futuro», ha subrayado Díaz.
DEMOCRATIZAR LAS EMPRESAS
Durante su intervención, la vicepresidenta ha destacado que el Gobierno de coalición ha demostrado que se puede gestionar de manera distinta a los recortes y ha hecho hincapié en los buenos datos de empleo que está ayudando a generar la reforma laboral.
Además, en un país que en mayo alcanzó el récord de 20,8 millones de ocupados, ha considerado indiscutible que las subidas del salario mínimo interprofesional (SMI) aprobadas en los últimos años no destruyen empleo.
Pero los buenos datos económicos de España tampoco hubieran sido posibles sin los fondos europeos, que deben ir dirigidos a la formación a lo largo de toda la vida laboral para asumir grandes retos como el cambio del modelo productivo y del modelo ecológico, la sostenibilidad en las empresas, y el desarrollo digital, ante al que ha dicho que «no hay que tener ningún miedo».
«Si hacemos las tareas que tenemos que hacer, que radican esencialmente en la formación, lo que se va a producir es un efecto sustitución: van a desaparecer unos puestos de trabajo que son profundamente contaminantes y van a emerger otros puestos de trabajo que van a generar altísimo valor añadido en nuestro país», ha apuntado.
La vicepresidenta ha apostado además por «unas reglas de juego estables y permanentes en Europa», que pasen de reparar a prevenir y no actuar cuando el daño ya está hecho, como ocurrió durante la pandemia. Para ello, ha defendido, se necesita «lo público», pero no para salvar «a unos poquitos», como ocurrió con la banca durante la crisis financiera.
Para Díaz, la decisión en Europa de recuperar el Pacto de Estabilidad «envía un mensaje muy preocupante a las mayorías sociales europeas»: la de que hay que volver «a apretarse el cinturón» cuando el debate es diseñar políticas innovadoras para avanzar en la Europa Social.
Y para ello, ha añadido, se necesitan normas fiscales propias «y desterrar de una vez por todas aquellas constricciones» que condenaron a Europa a la austeridad. «Tenemos que ser más ambiciosos para superar una década perdida por la falta de inversión justamente en la transición ecológica».
«Alcanzar los objetivos del Pacto Verde Europeo es más acuciante que nunca. Frente al negacionismo de las derechas y la pasividad de algunos, estoy convencida de que un pacto expandido, con ambiciones renovadas y objetivos adelantados, ha de ser nuestra brújula para la próxima década», ha resaltado.
Y también es el de modernizar las empresas y darles voz a los trabajadores. «La gran asignatura pendiente tiene que ver con democratizar la economía y tiene que ver con democratizar el mundo del trabajo», ha apuntado.