La OMS advierte de que aún «no se comprenden» los impactos reales del cambio climático sobre la malaria
El Equipo de Trabajo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre Cambio Climático, Enfermedades Tropicales Desatendidas y Malaria, en asociación con Reaching the Last Mile (RLM), ha revelado que «aún no se comprenden suficientemente» los impactos reales y potenciales de los cambios inducidos por el hombre en los patrones climáticos sobre la malaria y las enfermedades tropicales desatendidas.
Se trata de una revisión de 42.693 artículos publicada en Transactions of the Royal Society of Tropical Medicine and Hygiene .
El aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones climáticos están alterando la propagación de enfermedades transmitidas por vectores, con importantes implicaciones para la salud humana y ejerciendo una presión adicional sobre los sistemas.
A medida que se expande el rango geográfico de vectores de enfermedades como los mosquitos, también aumenta el riesgo de introducir –o reintroducir– estas enfermedades en áreas nuevas y no preparadas.
Los hallazgos de esta revisión resaltan que estos cambios en la prevalencia, incidencia, alcance e intensidad de la malaria y una serie de enfermedades tropicales desatendidas pueden sentirse con mayor fuerza en aquellas comunidades que ya se ven desproporcionadamente afectadas por ellas.
«Los hallazgos presentados en esta importante revisión resaltan la necesidad de contar con modelos más integrales, colaborativos y estandarizados, para que podamos comprender y predecir mejor los efectos del cambio climático en la malaria y las enfermedades tropicales desatendidas, tanto directa como indirectamente», ha afirmado el doctor Ibrahima Socé Fall, director del Programa Mundial de Enfermedades NTD de la OMS, que ha dirigido el estudio.
«Esta importante y oportuna revisión revela tendencias alarmantes y es un llamado a la acción urgente. Es probable que la transmisión de la malaria se desplace hacia los polos y a mayores altitudes, mientras que se prevé que el mosquito vector responsable de la transmisión del dengue y el chikungunya siga ampliando su alcance. Si queremos proteger y aprovechar las victorias obtenidas con tanto esfuerzo en las últimas dos décadas, ahora es el momento de movilizarnos», ha señalado.
A pesar de esto, el artículo destaca que las investigaciones publicadas se han centrado con demasiada frecuencia en países con baja carga de enfermedades y alto acceso a atención médica de calidad (utilizando la medición HAQI).
Dado que los efectos del cambio climático sobre la malaria y las enfermedades tropicales desatendidas variarán significativamente según la enfermedad y la ubicación, exhibiendo patrones no lineales y evolucionando con el tiempo, este enfoque presenta lo que el Equipo de Trabajo llama «una emergencia creciente» para las comunidades que históricamente han estado desatendidas en relación a estas enfermedades largamente ignoradas.
«La crisis climática tiene el potencial de revertir décadas de progreso en salud y desarrollo global», ha señalado Tala Al-Ramahi, directora de estrategia de Reaching the Last Mile. «Se necesita urgentemente una mayor inversión en investigación para apoyar el desarrollo de intervenciones oportunas y basadas en evidencia, y para permitirnos anticipar y mitigar las peores consecuencias del cambio climático en la salud humana», ha añadido.
Con solo el 34 por ciento de los estudios revisados (174 estudios) que abordan estrategias de mitigación y el 5 por ciento (24 estudios) que analizan métodos de adaptación, esta revisión destaca aún más la falta de evidencia necesaria para proteger los avances logrados contra la malaria y las enfermedades tropicales desatendidas en las últimas décadas. «Nuestro progreso colectivo podría desmoronarse a manos de un clima en crisis», ha dicho.
Recientemente se han visto las consecuencias de los fenómenos meteorológicos extremos sobre la malaria y se prevé que se vuelvan más comunes. «El documento ofrece un claro llamado a la mitigación y a la adaptación al cambio climático que responda a las pruebas», ha afirmado el doctor Daniel Ngamije Madandi, director del Programa Mundial contra la Malaria de la OMS. «Dado que es probable que el impacto del cambio climático recaiga de manera desproporcionada en las personas más pobres, que también se ven afectadas de manera desproporcionada por la malaria y las enfermedades tropicales desatendidas, se necesita una respuesta más equitativa, integral y sostenible», ha expresado.
Para evaluar el impacto del cambio climático en la malaria y las enfermedades tropicales desatendidas, esta revisión de alcance de última generación analizó artículos revisados por pares y literatura gris publicada entre enero de 2010 y octubre de 2023, y los investigadores resumieron los datos identificados y analizaron la distribución de estudios por país.
En total, se recuperaron 42.693 registros, de los cuales se examinaron 1.543 artículos en texto completo. Los investigadores correlacionaron el número de publicaciones con la carga nacional de enfermedades, el Índice de Calidad y Acceso a la Atención Médica (HAQI) y las puntuaciones de vulnerabilidad climática.
De los 511 artículos que cumplieron los criterios de inclusión, 185 abordaron la malaria, 181 se centraron en el dengue y el chikungunya, y 53 informaron resultados sobre la leishmaniasis. Sin embargo, otras ETD estuvieron significativamente subrepresentadas, ya que no fueron suficientemente estudiadas.