Cuerva (Cepyme) critica la «alarmante intransigencia» del Gobierno con la reducción de jornada


Denuncia el daño, puede que «irreparable», al diálogo social y critica que sólo se tache de demócrata al que comparte la opinión del Ejecutivo

El presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, ha advertido este martes que se está haciendo un daño, puede que «irreparable», al diálogo social, y ha criticado la «alarmante intransigencia» del Gobierno respecto a la reducción de la jornada laboral.

Durante su participación en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum, Cuerva ha defendido que empresarios y sindicatos son expertos en sus sectores y territorios y que «nadie, en su sano juicio, elimina la opinión de los expertos cuando tiene que tomar una decisión».

«Y, sin embargo, ocurre cuando el Gobierno decide legislar sobre la organización de las empresas. Y quien conoce mejor qué puede hacer, qué puede hacerse y qué no, en términos de salario mínimo, de reducción de jornada, de teletrabajo o de organización de las empresas, son quienes precisamente están a pie de obra», ha afirmado el presidente de Cepyme.

Cueva ha subrayado que en los últimos 20 años en España, la jornada laboral media se ha reducido de 40,4 horas a 38,3 horas semanales y, sin embargo, en el comercio, el 95% de los empleados están con jornadas de 39 horas.

«La pregunta evidente es si los delegados sindicales que negocian esos convenios son menos competentes o menos exigentes que los del sector de la construcción, por ejemplo, donde la jornada está entre 37,5 y 38,5 horas. Obviamente la respuesta es que no. No son menos competentes ni menos exigentes. Pero algo que ellos saben y que desde luego la ministra de Trabajo el secretario de Estado no, les ha impedido en estos años alcanzar acuerdos satisfactorios para reducir esa jornada», ha afirmado el presidente de Cepyme.

En su opinión, ese es el valor del diálogo social y la negociación colectiva, el que le da los expertos en la empresa de cada territorio y cada sector. «Saltárselos para imponer programas ideológicos, para imponer medidas sin memoria económica ni valoración, no tiene justificación alguna», ha criticado.

Para el dirigente empresarial, que se tache de demócrata o no al que está o no de acuerdo con «un miembro del Gobierno», en referencia a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, supone «una falta de respeto». «La intransigencia en este caso del Gobierno sí es alarmante», ha avisado.

Cuerva ha afirmado que «no hay ninguna reducción de jornada en ningún país de Europa que se haya hecho de forma unilateral y sin contraprestación o compensación alguna».

«Y ahora decir que los intransigentes somos nosotros cuando llevamos más de cinco meses, casi seis meses negociando con muchísimas opciones encima de la mesa, creo que es faltar a la verdad. Creo que es manipular el trabajo honesto que están haciendo sindicatos y empresarios en algo que es ese potencial, que es la mejora de ese fantasma, de ese elefante que nadie habla, que es la productividad», ha apuntado.

«Por tanto, si hemos sido capaces, sindicatos y empresarios, en ponernos de acuerdo en aquellos sectores, en aquellos territorios, en aquellas empresas en las que si se podía permitir la reducción de la jornada, ¿por qué usurpar esa oportunidad? ¿Por qué orillar la negociación colectiva? ¿Por qué imponer una reducción de jornada, café para todos, para aquellos sectores que ni siquiera se lo pueden permitir?», ha añadido.

En este sentido, Cuerva ha instado a la vicepresidenta segunda del Gobierno a recorrer España y decirle a las empresas «que su productividad y su rentabilidad no da, que igual la opción es que cierren, porque queda muy bien un titular de una reducción de jornada de forma unilateral por parte del Gobierno, pero que se le dice a esas empresas que cierren. No pueden hacer otra cosa», ha subrayado.

Cuerva ha alertado además de las consecuencias de adoptar medidas sin el concurso del diálogo social, del que no deberían haber salido, ha dicho, temas como la reforma laboral o la subida del salario mínimo interprofesional.

«La subida del SMI debería haberse cerrado siempre con acuerdos con nosotros. La reducción de la jornada merecía una negociación real. La reforma del subsidio de desempleo debería haberse abordado en una mesa de negociación junto a la mejora de la empleabilidad. La modificación de la prevalencia de los convenios autonómicos por un interés de dos partidos. La reforma del propio CES sin contar con el propio CES. De verdad no debería haberse producido todo ello sin el marco del diálogo social conocido hasta ahora», ha opinado.

CRÍTICAS AL CAMBIO DE LA REPRESENTATIVIDAD EMPRESARIAL

Cuerva ha denunciado que el diálogo social ha dejado de entenderse «como el gran instrumento de acuerdo entre trabajadores y empresarios que nos ha conducido a una mejor España» y ha criticado que se quiera incluir a otras organizaciones, en alusión a Conpymes, como interlocutores del Gobierno.

«De pronto se quiere cambiar el modelo de representatividad para contar con interlocutores y amigos en un diálogo social a medida. Y yo no puedo sino rebelarme ante ello y denunciarlo, porque me parece que eso genera un daño del que no sé si podremos recuperarnos, si el modelo es que sindicatos y organizaciones empresariales de partidos políticos sean los protagonistas del diálogo social», ha advertido.

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