Costa Rica contempla la posibilidad de que las elecciones de Nicaragua puedan generar una migración más intensa

El ministro de Exteriores aboga por una región centroamericana con una «única identidad»: la institucionalidad democrática

El ministro de Exteriores de Costa Rica, Rodolfo Solano, «considera» la posibilidad de que los resultados de las elecciones que Nicaragua celebra este domingo desencadenen flujos migratorios más intensos hacia el país centroamericano, que ya acoge a un buen número de migrantes nicaragüenses.

«Es un escenario que nosotros estamos considerando», ha señalado Solano en una entrevista concedida a Europa Press, en la que ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para que «articule inteligentemente» una respuesta que permita que la democracia «vuelva a ser de pleno disfrute» del pueblo nicaragüense.

Nicaragua celebra elecciones presidenciales este domingo, unos comicios en los que Daniel Ortega opta a una nueva reelección, que presumiblemente logrará. Las principales formaciones opositoras nicaragüenses han sido ilegalizadas y más de una treintena de políticos han sido encarcelados, entre ellos siete aspirantes a la Presidencia.

El deterioro de la situación en Nicaragua tras las protestas de 2018 estimuló la llegada de migrantes nicaragüenses a Costa Rica, que ya recibía históricamente flujos importantes de población procedente de su país vecino.

Solano ha indicado que, tras la crisis de 2018, «aproximadamente 100.000 nicaragüenses» han pedido refugio en Costa Rica. «En los últimos meses hemos visto un incremento en las solicitudes de refugio, pasando de 1.000 o 1.500 mensuales a 9.000 o 9.500», ha agregado.

Por ello, ha hecho hincapié en que Costa Rica lleva «meses» señalando su «profunda y seria» preocupación por el proceso electoral en Nicaragua, que, según denuncia, «no cumple con las condiciones mínimas de participación, transparencia, inclusividad y mucho menos con una observación internacional importante».

En este sentido, ha abogado por una región centroamericana que sea «un todo» con «una única identidad», formada por tres pilares: la institucionalidad democrática, el respeto a los Derechos Humanos y la libertad de prensa». «Son la única autopista para generar desarrollo, condiciones para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos centroamericanos».

«Yo creo que la comunidad internacional se ha dado cuenta de que aquí no estamos hablando de un proceso electoral en un territorio geográfico determinado, estamos hablando de defender universalmente estos principios», ha agregado Solano, antes de subrayar que Costa Rica está en «sintonía» con España y la Unión Europea sobre la «necesidad» de que el pueblo nicaragüense tenga «derecho» a un retorno de la institucionalidad democrática «lo más pronto posible».

No obstante, el titular de la cartera de Exteriores costarricense se muestra orgulloso del «instinto de refugio» que está «en el ADN» del país centroamericano, y no sólo con Nicaragua. «Hemos sido un país que por tradición y por promoción de los Derechos Humanos siempre damos refugio a aquellos que lo necesitan, que por razones políticas o económicas se vean obligados a venir a nuestro país», ha sostenido, al tiempo que ha defendido el modelo migratorio costarricense, que aboga por la «integración» del migrante.

Así, Solano ha defendido que la migración no tiene por qué ser «negativa» de entrada, sino que este fenómeno «puede convertirse en un disparador de desarrollo regional». «En países donde el bono demográfico puede estar en peligro, es importante ver las migraciones como una posibilidad inteligente de incorporación», ha añadido.

Solano, que ha resaltado la importancia de la cooperación internacional para enfrentarse a situaciones de esta naturaleza, ha trasladado su «confianza» en que la comunidad internacional aborde el fenómeno «de forma comprensiva». «Llegó para quedarse», ha indicado, remarcando que el tema migratorio no trata de estadísticas, «sino de personas en situación de vulnerabilidad».

Para el titular de la cartera de Exteriores costarricense, este abordaje pasa por «poner atención» a las causas estructurales que motivan la migración, que tienen que atajarse con la creación de oportunidades educativas, de vivienda, salud y laborales. «Nadie quiere ser migrante, la gente migra porque tiene la aspiración de mejores condiciones (de vida)», ha justificado.

«Costa Rica hará lo que pueda hacer en el marco de sus competencias, pero esto es un tema que tiene que ser abordado regionalmente con responsabilidad compartida», ha resumido Solano.

«SERIO PROBLEMA DE ACCESO» A LAS VACUNAS

Por otra parte, Solano se ha referido a la situación de la vacunación contra la COVID-19 y ha afeado el «serio problema de acceso» a los inmunizadores por parte de países pobres. «Uno no comprende cómo durante la pandemia los presupuestos para armamento crecieron un 23 por ciento cuando hay países que no han podido cumplir la meta del uno por ciento de vacunación (de su población)», ha lamentado.

También ha querido extender el «agradecimiento» del pueblo costarricense a España por la donación de vacunas contra la enfermedad, una «generosidad» que permite vacunar a migrantes regularizados e irregulares en el país centroamericano. «La vacunación de Costa Rica trasciende fronteras», ha indicado.

En este sentido, ha trasladado su «apoyo» al mecanismo de reparto equitativo de vacunas COVAX, puesto en marcha por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a través del que se canaliza la cooperación española, aunque ha resaltado la necesidad de «mejorarlo sustancialmente».

«De nada le vale a un país estar totalmente vacunado si sus países vecinos no lo están, de ahí que hacer universal el acceso a las vacunas contra la COVID-19 se convierta hoy en una urgente necesidad, no solamente por la salud, sino por la recuperación económica».

La pandemia impactó sobre todo en tres sectores económicos de Costa Rica: el turismo, el transporte y los servicios. El desempleo llegó a alcanzar casi el 23 por ciento, pero ahora se sitúa en un 15,6 por ciento, señal de que la economía costarricense se recupera. Actualmente, casi el 60 por ciento de la población de Costa Rica cuenta con la pauta completa de vacunación.

FUTURO VERDE Y AZUL

En la entrevista, Solano también ha defendido la importancia del medioambiente como «potencial aliado» para mejorar la calidad de vida de la población y, por tanto, generar un desarrollo sostenible.

«La discusión ahora es más bien qué tenemos que abolir para que nuestros hijos puedan disfrutar los mismos beneficios que tenemos nosotros», ha indicado, haciendo alusión a la abolición del Ejército en 1948, que permitió redirigir esos recursos a otros ámbitos, como la educación, la salud o la vivienda. «(Tenemos que) Abolir los combustibles fósiles y apostar por energías verdes», ha agregado, haciendo énfasis en que el objetivo tiene que conseguirse en los próximos 15 años.

Costa Rica ha revertido la deforestación y, en una generación, ha logrado reforestar el país. Entre otras características positivas en este sentido, el 99 por ciento de su electricidad proviene de energías renovables.

En la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Costa Rica anunció un aumento de su zona de conservación en el Pacífico y una iniciativa presentada con Panamá, Ecuador y Colombia, pretende crear un corredor de conservación de su parte del Pacífico.

«Definitivamente una economía verde y azul», ha hecho hincapié, resaltando que el medioambiente es una de las preocupaciones más acuciantes de la juventud. «El 2030 –el año límite de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU– lo vemos muy lejos, pero está a la vuelta de la esquina, mañana es un día menos para cumplirlo», ha concluido.

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