Consiguen identificar a los niños con neuroblastoma que necesitan una quimioterapia más agresiva
Científicos dirigidos por la Universidad de Newcastle han podido delimitar qué niños necesitan un tratamiento de quimioterapia más intensivo y agresivo para la forma más común de cáncer cerebral, el neuroblastoma. La firma cromosómica que identificaron podría permitir a los médicos adaptar el tratamiento para que cada niño sea tratado individualmente, mejorando la tasa de supervivencia del 60 por ciento para los pacientes de alto riesgo.
Los hallazgos del estudio, publicado en la revista The Lancet Oncology , también muestran que muchos jóvenes con meduloblastoma podrían evitar dosis innecesarias de quimioterapia y radioterapia con efectos secundarios menos tóxicos. Mientras que otros, que tienen la forma más grave de la enfermedad, pueden ser tratados con quimioterapia más intensiva. Actualmente todos los pacientes reciben el mismo tratamiento.
«Nuestros hallazgos proporcionan un nuevo plan para la personalización del tratamiento en el meduloblastoma para que a todos los niños no se les someta a la misma intensidad de terapia. Este estudio muestra que los pacientes de bajo riesgo pueden recibir tratamientos más modestos para reducir la toxicidad y los efectos secundarios, mientras que los tratamientos más intensivos se dirigen a los pacientes de alto riesgo que más lo necesitan», explica el director de este estudio europeo, el profesor Steve Clifford.
El estudio forma parte del mayor ensayo clínico completo sobre meduloblastoma realizado en toda Europa, del que se espera que conduzca a resultados significativamente mejores para los pacientes en el futuro. La investigación analizó los datos del ensayo clínico PNET4 de meduloblastoma de riesgo estándar, que se realizó entre 2001 y 2006, y fue financiado en parte por Cancer Research UK.
Los expertos identificaron que los niños con cáncer se pueden dividir en dos grupos clínicos, de los cuales cerca de la mitad son de bajo riesgo con una supervivencia cercana al cien por cien, mientras que la otra mitad tiene un riesgo alto, con una supervivencia del 60 por ciento. Los pacientes de riesgo estándar involucrados en la cohorte eran niños sin factores de riesgo reconocidos para la enfermedad y que se espera que tengan una tasa de supervivencia de alrededor del 80 por ciento después de cinco años.
Trabajando con la Universidad de Bonn (Alemania), el equipo de Newcastle identificó patrones recurrentes de ganancias y pérdidas de cromosomas en tumores de meduloblastoma. «Mirando hacia adelante, esperamos que los niños cuyos tumores tienen esta firma puedan ser tratados de manera menos agresiva, reduciendo los efectos secundarios de los tratamientos agotadores durante toda la vida, mientras mantienen una cura», comenta el doctor Ed Schwalbe.