Confirman en un modelo in vivo la influencia en los procesos neurodegenerativos de una micotoxina presente en cereales
Investigadores del CEU han identificado por primera vez en un modelo in vivo la influencia en los procesos neurodegenerativos -como la pérdida de memoria o los déficits de aprendizaje- de una micotoxina presente en cereales y derivados. Concretamente, han detectado cómo la acumulación de Ocratoxina-A afecta al nicho neurogénico del hipocampo en ratones adultos.
El estudio, que ha publicado la revista científica internacional Toxins , ha estado liderado por investigadores de los Departamentos de Ciencias Biomédicas y de Farmacia de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH) de Elche y Valencia, además de investigadores de la Leiden University, en los Países Bajos, y de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, en México.
La ocratoxina-A es una micotoxina que puede contaminar alimentos comunes de la dieta, especialmente los cereales y sus derivados. Investigadores llevan varios años estudiando sus efectos nocivos en el desarrollo embrionario.
Según destaca la profesora titular de Microbiología del Departamento de Farmacia de la CEU UCH de Elche, María Ángeles Esparza, «la Ocratoxina-A es una micotoxina que producen diferentes especies de hongos de los géneros Aspergillus y Penicillium y que está presente en alimentos comunes de la dieta humana y animal.
Se encuentra como contaminante en alimentos como los cereales y los productos elaborados a base de cereales, los granos de café, las frutas desecadas, el vino y el zumo de uva, las especias y el regaliz. Y se forma durante el secado al sol y el almacenamiento de los cultivos, lo que se puede evitar mediante unas buenas prácticas de secado y almacenamiento.
En los últimos años hemos estudiado sus efectos nocivos en el desarrollo embrionario, empleando el primer modelo celular humano in vitro para identificarlos, lo que nos permitió confirmar que la presencia de la Ocratoxina-A afecta a la supervivencia y reduce la proliferación de las células humanas en fase embrionaria».
En este nuevo trabajo, el análisis de la toxicidad de la Ocratoxina-A en la neurogénesis en el hipocampo de ratones adultos, mediante el diseño el primer modelo in vivo para su estudio, ha confirmado su relación con procesos neurodegenerativos.
«Aunque algunos estudios precedentes ya habían sugerido la neurotoxicidad de la Ocratoxina-A, el mecanismo celular responsable de su toxicidad no había sido aún descrito con estudios in vivo sobre los efectos de la exposición del hipocampo a esta micotoxina a largo plazo, como hemos hecho en este trabajo», afirma el catedrático de Biología Celular del Departamento de Ciencias Biomédicas de la CEU UCH en Elche, José Miguel Soria.
Los resultados presentados, añade, «junto con otros de referencia, deben servir para que las autoridades en seguridad alimentaria puedan actualizar y determinar nuevos valores límite de presencia de estas micotoxinas en alimentos de consumo directo o en productos alimenticios elaborados a partir de ellos».