Condenado a cadena perpetua en Francia el autor del atentado fallido en un Thalys en agosto de 2015
Ayoub El Khazzani, el marroquí responsable del ataque fallido en un tren Thalys entre Ámsterdam y París ocurrido el 21 de agosto de 2015, ha sido condenado este jueves a cadena perpetua por un tribunal especial de la capital francesa, según informa la cadena BFMTV.
El Khazzani, contra el que la acusación había pedido precisamente la pena de cadena perpetua, no ha conseguido convencer al tribunal de que actuó por orden de Abdelhamid Abaaoud, presunto coordinador de los atentados de noviembre de ese año en París, quien le convenció de que atacara a «soldados estadounidenses y miembros de la Comisión Europea», según ha contado en el juicio.
Junto al marroquí de 31 años, también han sido condenados otros tres acusados. Bilal Chatra, quien habría guiado a El Khazzani y Abaaoud entre Siria y Bélgica, ha sido condenado a 27 años de cárcel, mientras que Mohamed Bakkali, considerado como el «chófer» de los yihadistas y que también habría participado en la logística de los atentados de París, ha recibido una pena de 25 años. Por último, Redouane El Amrani Ezzerrifi ha sido condenado a siete años por ayudar a Abaaoud a viajar a Francia.
«Pocos casos de atentados permiten juzgar a los autores», ha destacado en su alegato final la acusación, lamentando que el principal acusado «no haya estado a la altura» y no haya asumido sus hechos.
El Khazzani fue detenido gracias a la intervención de varios pasajeros, entre ellos tres militares estadounidenses que viajaban como turistas, los cuales lograron reducirle y desarmarle antes de que atacara. El marroquí iba armado con un Kalashnikov, 300 balas, una pistola Luger, un cúter y un bidón de gasolina.
En su intervención final este jueves, ha expresado su pesar y se ha disculpado «por las víctimas a las que he agredido gratuitamente». Además, también ha pedido disculpas por no haber sabido responder a las preguntas formuladas desde la acusación, en particular sobre lo que sabía de los atentados que se cometieron en la capital tres meses después. Durante el juicio, su defensa ha esgrimido que era un «peón» y que «cumplía órdenes».