Cofides gestiona una cartera de 1.200 millones y prevé oportunidades de inversión tras el Covid-19
La entidad financiera con participación pública Cofides, que gestiona actualmente una cartera de 1.200 millones en apoyo a la internacionalización y otros 1.000 millones procedentes de Fonprode, cree que se presentarán «buenas oportunidades de inversión» para las empresas españolas tras el Covid-19 basadas en la diversificación geográfica y sectorial.
Así lo ha señalado el director general de Cofides, Rodrigo Madrazo, durante su participación en un webinario de internacionalización organizado por el Club de Exportadores e Inversores y la consultora Iberglobal, en el que ha dicho ver como una buena práctica en el actual momento de incertidumbre decantarse por inversiones en proyectos ya en marcha en lugar de por aquellos que tengan que arrancar desde cero.
El director general de la entidad financiera con participación pública que apoya la inversión y el desarrollo en el exterior de las empresas españolas ha explicado que la tendencia a la baja que venía registrando la inversión extranjera directa en todo el mundo en los últimos años se va a intensificar a partir de la crisis del Covid-19.
De hecho, ha citado recientes datos de la UNCTAD, que prevé una contracción de entre el 30 y el 40% en los flujos de inversión directa en el exterior en 2020.
Asimismo, ha señalado que hasta la fecha la actividad de la institución se ha mantenido a «buen ritmo», si bien estima que se producirán retrasos o cancelaciones en algunos proyectos de inversión. «Además de la oferta financiera habitual, Cofides está apoyando a las empresas que en estos momentos atraviesan por dificultades, dotándolas de liquidez y seguridad para superar esta incertidumbre», ha explicado.
Cofides gestiona actualmente una cartera de 1.200 millones de euros en apoyo a la internacionalización, además de otros 1.000 millones procedentes del Fonprode (Fondo para la Promoción del Desarrollo), y está presente con operaciones en 90 países, según ha expuesto.
Madrazo ha señalado que la mayor o menor velocidad en la superación de la crisis estará condicionada por dos factores, que pasan por que pueda influir negativamente que los países apostaran por un mayor proteccionismo económico, poniendo trabas a las operaciones de inversión exterior; y también comprometería la recuperación un traslado de la crisis al sector financiero, lo que podría producir un bloqueo del canal crediticio.
Por último, ha dicho que espera que la crisis sanitaria «no sea excusa para abandonar prácticas ya asentadas en los mercados, como la financiación sostenible y que no se pierdan los avances alcanzados en este ámbito».
