Las manifestaciones persisten en Birmania pese a los avisos de la junta militar
Los medios informan de medidas de represión e incluso detenidos durante las protestas en principales ciudades
Las protestas contra la junta militar que gobierna Birmania desde el golpe del 1 de febrero se han repetido este martes en las principales ciudades del país, a pesar de los avisos del nuevo régimen, que ha prohibido las reuniones de más de cinco personas en núcleos de especial tensión como Rangún, Naipidó y Mandalay.
El general al frente de la asonada, Min Aung Hlaing, prometió el lunes en su primer mensaje a la nación impulsar una «democracia auténtica y disciplinada», insistiendo en la tesis del fraude en las últimas elecciones y sin nombrar a la líder de facto del Gobierno depuesto, Aung San Suu Kyi, imputada por la supuesta importación de walkie talkies .
La junta militar ha impuesto la ley marcial y ha prohibido las reuniones de más de cinco personas en diez zonas del país, las que más movilizaciones han registrado desde el pasado fin de semana, según el portal de noticias The Irrawaddy . Las medidas, anunciadas entre el lunes y el martes, no han contenido las protestas.
En Naipidó, las fuerzas de seguridad habrían lanzado pelotas de goma contra los manifestantes, mientras que en Mandalay quienes protestaban contra la junta han sido reprimidos con cañones de agua y gases lacrimógenos, según informaciones recabadas por la agencia Bloomberg. Más de 50 personas han sido detenidas en Mandalay, informa Myanmar Times .
También se han registrado escenas de tensión en Rangún, primer foco de protestas y la principal ciudad del país, lo que evidenciaría el escaso calado que ha tenido los últimos mensajes lanzados por la junta, que no ha dudado en recurrir a amenazas directas o veladas contra sus detractores.
«Pedimos a todo el mundo que coopere con nosotros por el bien del país», dijo Min Aung Hlaing durante su discurso, horas después de que el régimen avisara de que actuaría contra aquellas personas que puedan poner en peligro la estabilidad del Estado, la seguridad pública o el Estado de Derecho.
El líder de la junta esgrimió que el golpe era «inevitable» y aspira a que el país vuelva a la senda democrática «en un corto periodo de tiempo». El estado de emergencia decretado por las Fuerzas Armadas tiene, en principio, un año de vigencia.