Cámara de España prevé una moderación de la creación de empleo en los próximos trimestres

La Cámara de Comercio de España ha afirmado que los datos de la EPA ponen de manifiesto «la solidez aparente» del mercado de trabajo durante un segundo trimestre tradicionalmente positivo en términos de empleo, debido al empuje de la hostelería y el turismo, pero prevé una moderación de la creación de empleo en los próximos trimestres.

«Es previsible que la incertidumbre asociada al contexto económico global y nacional se deje sentir en el empleo a partir, sobre todo, del último trimestre del año», explica en un comunicado.

En este sentido, la Cámara espera una ralentización de la actividad productiva derivada del incremento de los costes de producción de las empresas por el encarecimiento del precio de la energía y de otras materias primas, a lo que hay que añadir el endurecimiento de la política monetaria del BCE, el impacto negativo en el consumo que tendrán tanto la inflación como la subida de tipos de interés, así como la ralentización prevista a escala global.

«En este escenario es probable que se reduzcan las necesidades de personal en muchos sectores, lo que traerá asociado un descenso en el número de contrataciones», subraya.

Su previsión es que la creación de puestos de trabajo en el conjunto de 2022 pueda avanzar en el entorno del 3% (en el segundo trimestre el empleo se incrementó un 4%), mientras que para 2023 el aumento del empleo podría situarse cerca del 2%, sin descartar actualizaciones a la baja en función de la evolución de los acontecimientos.

Si bien la tasa de paro bajó del 13% durante este segundo trimestre del año, la Cámara considera complicado que se mantenga en esos dígitos a final del ejercicio. En el conjunto de 2022 se espera que se sitúe por encima de esa cifra.

Por todo ello y en un contexto de incertidumbre generalizada como el actual, la Cámara señala que «sería aconsejable poner en marcha de inmediato las reformas estructurales que necesita la economía española, lo que redundaría en la mejora de la competitividad y de la productividad del factor trabajo, fuente de crecimiento y de prosperidad económica».

Entre estas reformas, cita las relacionadas con el mercado de trabajo, la adaptación de los itinerarios formativos a las necesidades de las empresas, la modernización de las políticas activas de empleo o la reducción de la burocracia y de los costes asociados al proceso de contratación.