Cámara de España espera una evolución positiva del PIB en el segundo semestre, pero con avances menos elevados
La Cámara de Comercio de España estima que la evolución del Producto Interior Bruto (PIB) durante la segunda parte del año también se espera positiva, con avances intensos, aunque no tan elevados como el registrado durante este segundo trimestre, debido a que el efecto estadístico no será tan relevante a partir de ahora.
En este sentido, la Cámara de Comercio de España prevé un crecimiento interanual del 5,9 % para el conjunto del año 2021, tasa que se aceleraría hasta el 6,2 % en 2022. «El avance de la vacunación y la previsible llegada de la inmunidad de grupo a finales de este año, o durante el primer trimestre de 2022, permiten ser optimistas en este sentido», ha destacado el organismo que preside José Luis Bonet a través de un comunicado.
Además, ha señalado que se debe que tener en cuenta que existe todavía una importante bolsa de ahorro que los consumidores acumularon a lo largo de la crisis sanitaria, cuya salida será progresiva y que también está pendiente la llegada de los fondos europeos, que servirán de estímulo para el crecimiento.
En paralelo, la entidad cree el efecto de la recuperación en el mercado de trabajo será muy relevante. El empleo podría repuntar un 3,5 % en el conjunto de 2021 y un 4,6 % en 2022, lo que permitiría recuperar los niveles de empleo previos a la pandemia a finales de 2022 o primer trimestre de 2023.
Sin embargo, la Cámara de Comercio ha advertido de que hay ciertas incertidumbres que es necesario destacar y que podrían poner trabas a la incipiente recuperación. En materia de inflación, se está registrando un incremento del IPC sustentado en factores como el aumento de los precios energéticos y de las materias primas o el mencionado impulso del consumo. En la medida en la que ese incremento sea puntual y se circunscriba a un número acotado de meses y rúbricas, no tendrá implicaciones en el crecimiento.
El riesgo se asociaría a un aumento de precios estructural, lo que podría forzar a un cambio en la política monetaria de los bancos centrales y a la limitación de los programas de estímulo.
En este entorno, el organismo ha insistido en que resulta «imprescindible» acometer las reformas estructurales que demanda la economía, principalmente aquellas que permitan revertir la caída de la productividad. Para eso, ve «esencial» una utilización eficiente de los fondos europeos Next Generation EU , ya que serán capace de abordar de modo efectivo la transformación y modernización del tejido productivo.
Además, ha remarcado la necesidad de establecer un compromiso creíble a medio plazo para la reducción del déficit y la deuda pública que dote al país del necesario margen de maniobra y estabilidad ante futuros cambios en el escenario económico.