Cinco asociaciones culturales de Cantabria piden al alcalde de Bareyo «repensar» el proyecto del faro de Ajo
Cinco asociaciones culturales de Cantabria han manifestado al alcalde de Bareyo, José de la Hoz (PRC), su oposición al proyecto de Okuda en el faro de Ajo y le han pedido «repensar» si dicha intervención «es la más oportuna, o si el edificio es el más adecuado».
Así figura en un escrito firmado por la Plataforma de Empresas Culturales de Cantabria (PECCA), la Asociación Cántabra de Empresas y Profesionales de Artes Escénicas (ACEPAE), la Asociación de Profesionales de la Danza de Cantabria «Movimiento en Red», el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) y la Asociación de Galerías de Arte Contemporáneo de Cantabria (AGACC).
En el texto, las asociaciones consideran además que esta actuación «no es coherente» con las buenas prácticas que toda administración pública debe respetar.
Así, señalan que el faro de Ajo está calificado como Elemento con Grado de Protección Integral en el Catálogo de Protección de Patrimonio Arquitectónico y Arqueológico del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Bareyo, por lo que cualquier actuación que se lleve a cabo en el mismo debe ser respetuosa con la estructura y disposición general del edificio, manteniendo íntegramente su aspecto exterior, «cuestión que la intervención prevista no haría».
En este sentido, precisan que «en ninguno» de los 22 puntos que recoge el PGOU se indica que esté permitido modificar el aspecto exterior del faro en algo «tan específico» como es su color, su identidad histórica, etcétera.
Para las asociaciones, si el Ayuntamiento de Bareyo desea fomentar el turismo mediante el encargo de una intervención artística, acción que por otro lado dicen elogiar, podría hacerlo «sin incurrir en faltas tan importantes sobre el patrimonio».
A su juicio, existen «múltiples y variadas opciones» que supondrían un enriquecimiento y también una «llamada determinante» para tal fin.
Las asociaciones sostienen que las intervenciones artísticas deben ser valoradas teniendo en cuenta «diferentes» cuestiones, como el urbanismo, impacto, repercusión, mantenimiento, coste o calidad artística y «deberían estar asesoradas por un comité de profesionales especializados».
Indican igualmente que la situación derivada de la crisis sanitaria del coronavirus es «especialmente dura» con el sector cultural, cuyos profesionales llevan «soportando el escaso criterio de la administración local y regional hacia nuestro sector en esta región desde hace años».
«Dado el empeoramiento de las circunstancias, éste no parece ser el escenario más oportuno para realizar una acción de tal coste y calado, sumado a todos los condicionantes arriba indicados», añaden.
Por todo ello, instan a sus responsables a que «reflexionen y valoren» la intervención prevista en el faro, y reiteran su recomendación de que este proceso de selección se lleve a cabo «con transparencia y con absoluto respeto a dichas buenas prácticas, sin exclusiones y con igualdad de oportunidades entre participantes y propuestas en éste u otros casos».