Cepyme avisa de que la desaceleración económica afectará al empleo con mayor intensidad en 2023
La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) considera que los datos de afiliación y paro del mes de noviembre confirman la resiliencia del mercado laboral, aunque ha alertado de que reflejan una desaceleración en el ritmo de creación de empleo, acorde con la ralentización de la actividad económica.
Por ello, la patronal de la pequeña y mediana empresa ha pedido a través de un comunicado «cautela» ante la desaceleración económica que afectará con mayor intensidad al empleo en 2023.
La afiliación disminuye en 155 personas, muy por debajo de la media del periodo 2014-2019 en dicho mes. Sin embargo, aunque el número total de afiliados continúa por encima de los 20 millones, el ritmo de crecimiento interanual mantiene la tendencia de desaceleración por séptimo mes consecutivo, y se sitúa en el 2,69%. Además, el paro registrado se ha reducido en 33.512 personas, lo que contrasta con el incremento estacional que se registra tradicionalmente en este mes.
Esta tendencia se explica en parte, según Cepyme, por el aumento de los trabajadores fijos discontinuos, que en periodos de inactividad no se contabilizan como parados, modificación incluida en la reforma laboral que entró en vigor este año. «Este cambio genera cierta distorsión para poder analizar la evolución del dato de paro de forma exhaustiva», ha alertado la patronal.
Cepyme considera que estas cifras reflejan que, a pesar de la incertidumbre económica y el aumento de costes de producción, las empresas siguen esforzándose por mantener el nivel de empleo. No obstante, la patronal ha remarcado que, dado el entorno económico actual, el mercado laboral en los próximos meses va a estar muy condicionado por las dificultades que están atravesando las empresas, debido al encarecimiento de sus costes y a la enorme incertidumbre en el contexto internacional.
En este sentido, Cepyme pide cautela de cara a 2023, dada la incertidumbre económica existente debido a las consecuencias de la guerra de Ucrania sobre la inflación, el encarecimiento y suministro de energía y, en general, el generalizado incremento de los costes de producción, que van a afectar a la actividad especialmente de las empresas de menor dimensión y, en consecuencia, al mercado laboral.