CEOE prevé que el IPC acabe el año en torno al 6% y calcula que en 2023 se moderará hasta rondar el 4%
La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) prevé que la inflación se situará en diciembre en una tasa próxima al 6%, lo que situará el IPC medio del año en el 8,5%. Para 2023, la patronal española espera que la tasa media de inflación se modere hasta rondar el 4%.
La organización que preside Antonio Garamendi ha señalado que, en el contexto actual, «resulta especialmente relevante evitar un escenario en el que los aumentos de los precios y los salarios se retroalimenten entre sí para no producir efectos de segunda ronda que lleven a una espiral inflacionista».
La patronal ha subrayado que, tras publicarse los datos de IPC definitivos del mes de noviembre, el IPCA alcanzó una tasa del 6,7%, mientras que en la Unión Monetaria fue del 10%. De este modo, el diferencial negativo se mantiene en 3,3 puntos, con una menor inflación en España.
La CEOE ha atribuido la moderación del IPC de noviembre hasta el 6,8% a la evolución de los precios energéticos y ha advertido de que los precios de los alimentos son ahora el principal elemento inflacionista, pues «a su notable incremento se une el significativo peso que representan en la cesta de productos del IPC».
«Comienza a observarse una significativa moderación del ritmo de avance de los precios de los productos energéticos y también este mes ha flexionado la tasa de avance de los precios de los alimentos no elaborados, lo que obedece a unas menores tensiones sobre los precios de las materias primas en los mercados internacionales», apunta.
No obstante, la CEOE avisa de que la prolongación de la guerra de Ucrania y otros problemas de suministro pueden seguir condicionando la evolución de los precios de muchos productos.
La organización empresarial ha destacado además que en los primeros días de diciembre, el precio del crudo Brent continúa bajando ante las perspectivas de desaceleración en Europa, Estados Unidos y China, con un promedio de 83,5 dólares por barril. De mantenerse esta situación en los próximos meses, se produciría «una aportación negativa del petróleo sobre la inflación».