CCOO considera «condición sine qua non» el reequilibrio de la negociación colectiva en la reforma laboral
El secretario general de Comisiones Obreras (CCOO), Unai Sordo, ha insistido este jueves en que el reequilibrio de la negociación colectiva es una «condición sine qua non» para que su organización firme el acuerdo sobre la reforma laboral que negocian el Gobierno, los sindicatos y la patronal.
Sordo ha añadido que en el «núcleo duro» de las posiciones de CCOO también está la mejora del artículo 42 del Estatuto de Trabajadores, relativo a la subcontratas, y la ultraactividad. La reforma laboral debe estar publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) antes de que finalice el año, como parte del compromiso del Ejecutivo con Bruselas para recibir los fondos europeos.
Para Sordo, esta nueva legislación laboral representa una oportunidad para terminar con la precariedad y la temporalidad, y acabar con un «modelo laboral» promovido hasta el momento, que tiene que ver con «decisiones políticas (…) y empresariales».
«El problema del modelo laboral español no es de dualidad laboral, sino de múltiples factores de precariedad que interactúan y que definen un mapa de precariedad que va más allá de la temporalidad», ha dicho el secretario general de CCOO durante la presentación del informe La precariedad laboral en España desde una doble perspectiva doble .
EL 48% DE LOS ASALARIADOS EN ESPAÑA SON PRECARIOS
Este estudio, elaborado por CCOO y el Instituto de Economía Internacional de la Universidad de Alicante, analiza esa problemática del mercado laboral español desde su impacto en la población asalariada y en la fuerza de trabajo extendida, tomando como base la Encuesta de Población Activa (EPA) de 2019.
El catedrático del departamento de Análisis Aplicado de la Universidad de Alicante, Hipólito Simón, ha explicado que se ha elegido ese año como referencia, ya que «corresponde a una cierta normalidad en el mercado de trabajo» y ofrece «una foto de la precariedad plenamente representativa de la situación actual».
El resultado de esa fotografía es «desolador», como ha apuntado Simón, con «uno de cada dos asalariados en el mercado laboral español que se podría considerar precario».
En el caso de la población asalariada, el estudio mide estas variables a través del Índice de Precariedad Multidimensional, que tiene en cuenta los contratos temporales, el salario mensual reducido (cuando el salario bruto mensual del empleo principal es inferior a 1.200 euros), el salario por hora reducido, la jornada parcial involuntaria por no haber podido encontrar un trabajo a tiempo completo, la sobrecualificación, la jornada laboral extensa y la jornada laboral atípica.
Una persona asalariada precaria debe acumular, al menos, el 20% de estas carencias laborales, según el índice. Así, el 48% de los asalariados en España son precarios, frente a un 28% que no tiene ninguna carencia laboral.
La variable que más se repite en el estudio son las jornadas atípicas, aquellas que se realizan durante los fines de semana, por la noche o a turnos, que afectan a un 36,4% de los asalariados. La segunda causa es la sobrecualificación, para un 28,3%.
A eso se suman otras carencias laborales como la inestabilidad en el empleo, para un 26,5%, y los bajos salarios mensuales, un 24%.
MUJERES Y JÓVENES, MÁS PRECARIOS
La precariedad multidimensional afecta al 54% de las mujeres, con incidencia en todas las carencias laborales. Por el contrario, se reduce al 42,4% en el caso de los hombres, más afectados por las jornadas laborales extendidas y atípicas.
Por edades, los jóvenes de entre 16 y 29 años son el grupo que más sufre la precariedad multidimensional, con un 75% de ellos en condiciones laborales precarias, mientras que cae al 38% en la franja de 46 a 64 años. Para la población de entre 30 y 45 años la incidencia de la precariedad es del 47%.
Además, el 67% de los inmigrantes también padecen estas carencias laborales. En el caso de la población nacional, la cifra se sitúa en el 44%.
Por sectores, el primario sufre una incidencia del 77%, muy por encima de la industria, donde la incidencia de la precariedad multidimensional es del 34%.
La precariedad multidimensional presenta diferencias territoriales, con una incidencia cercana al 60% en comunidades como Canarias, Andalucía, Murcia y Extremadura, mientras que en otras como Cataluña, La Rioja o Madrid se sitúa en torno al 40%.
PRECARIEDAD PARA EL 49,5% DE LA FUERZA DE TRABAJO EXTENDIDA
La precariedad laboral global afecta al 49,5% de la fuerza de trabajo extendida, que incluye a las personas ocupadas, a las desempleadas y a las desanimadas en la inactividad. De ese 49,5%, el 69% son asalariados precarios, casi el 29% parados y algo más del 2% desanimados.
Al igual que en el caso de la población asalariada, en el caso de la fuerza de trabajo extendida la precariedad laboral impacta más en las mujeres, 56,7%, que en los hombres (43%).
Por edades, los jóvenes vuelven a encabezar el índice de precariedad, con un 77% de la fuerza de trabajo extendida de entre 16 y 29 años afectada. En las otras os franjas de edad el porcentaje está más igualado, con un 48% en las personas de entre 30 a 45 años, y del 40% en las de 46 a 64 años.
La precariedad también varía con la nacionalidad. Mientras que un 46,4% de la fuerza de trabajo extendida nacida en España se encuentra en situación de precariedad global, en el caso de los inmigrantes se dispara al 65%.
La geografía también determina los niveles de precariedad global en la fuerza de trabajo extendida. En Canarias sube el 62,1%, en tanto que La Rioja se sitúa como la comunidad autónoma con menor incidencia, un 41,4%, 8,1 puntos por debajo de la media nacional.
SMI y ERTE
CCOO y el Instituto de Economía Internacional de la Universidad de Alicante concluyen en este estudio que la regulación del mercado de trabajo ha repercutido la precariedad laboral en España.
En concreto, señalan la reforma laboral de 2012 como la responsable de parte de esa precariedad, unida al mayor uso de las jornadas parciales.
El informe también compara el comportamiento de la economía española durante la crisis financiera y su recuperación con el de la crisis del coronavirus y la salida de esta.
«Este comportamiento y su persistencia está plausiblemente asociado a los efectos de la reforma laboral de 2012. Resulta muy llamativo que la caída de la precariedad no se produce hasta 2019, cuando se aprueban la obligatoriedad del registro horario por parte de las empresas y el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI)», ha apuntado Simón.