Comienza las obras de un salón de juegos en Peñacastillo-Nueva Montaña, al que se opone FAMPA
Las obras de construcción de una nueva casa de apuestas en la calle Hermanos Calderón de Santander, entre los barrios de Peñacasillo y Nueva Montaña, han comenzado a principios de este mes.
El salón de juegos, que cumple la normativa y ha obtenido la correspondiente licencia, cuenta con el «rechazo ciudadano», de colectivos vecinales y de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos, ya que si bien a priori guarda las distancias establecidas en la ley respecto a centros educativos, se ubica «en un punto de paso» de los estudiantes de los institutos de la zona, que «pasan por allí todos los días».
Lo ha señalado así FAMPA Cantabria, en un comunicado en el que ha lamentado la «inacción» del Gobierno de Cantabria y del Ayuntamiento de Santander ante este local, que «es legal», según subrayan fuentes municipales a esta agencia.
Pero la federación ha mostrado su «indignación» por el inicio de la construcción de la sala de apuestas que cuenta con el «rechazo unánime» de familias y vecinos desde que se iniciaron los trámites el año pasado, al situarse en «un punto de paso habitual de la juventud de los barrios de Peñacastillo y Nueva Montaña».
MIRAR PARA OTRO LADO
Los padres y madres de alumnos lamentan que Ejecutivo y Consistorio hayan «optado por mirar para otro lado, salvaguardando un modelo de negocio que se lucra a costa de la ruina de las familias».
Ante esto, la federación ha registrado este miércoles tres escritos dirigidos a las consejerías de Presidencia y Educación y al Ayuntamiento de Santander solicitando información sobre el cumplimiento de una proposición no de ley sobre el juego aprobada en el Parlamento de Cantabria hace ahora dos años.
Dicha iniciativa instaba al Gobierno regional a, en un plazo máximo de seis meses, promover programas y materiales didácticos sobre los riesgos de las adicciones para los centros educativos, elaborar campañas de prevención de la ludopatía o realizar una revisión extraordinaria de las distancias entre locales de juego, entre otras cuestiones.
Respecto a esto último, FAMPA ha indicado que la Ley del Juego de Cantabria establece la posibilidad de realizar esa revisión de las distancias mínimas establecidas para la apertura de locales cuando un municipio de más de 150.000 habitantes cuente con una concentración de más de un local cada 7.000 habitantes, algo que «ya se produce en Santander» e «incluso hay poblaciones de Cantabria que cuentan con una concentración de locales superior» a la de la capital, según asegura.



