Casi un 90% de pacientes con cáncer de próstata tratados con terapia focal no pierde potencia sexual, según un estudio

Entre un 80 y 90 por ciento de los pacientes con tumores de próstata localizados que se han tratado con crioterapia, una de técnica de terapia focal, no ha perdido la potencia sexual, según datos que MD Anderson Madrid ha analizado en sus pacientes.

En concreto, el equipo del jefe del Servicio de Urología de MD Anderson Cancer Center Madrid, Carlos Núñez, tiene datos en una serie de 30 pacientes que, tras 2 y 3 años de haberse sometido a crioterapia, no han sufrido recidiva, así como que el 100 por ciento de los sujetos permanece continentes. Un hecho que lanza «resultados muy prometedores a medio plazo», según Ñuñez.

Así, la crioterapia consiste en insertar unas agujas alrededor del tumor «capaces de congelar el tejido de forma muy rápida hasta llegar a temperaturas de 40 grados bajo cero para, posteriormente, calentar el tejido muy rápido, todo ello con el objetivo de provocar la destrucción total de las células cancerígenas», según han explicado desde MD Anderson Madrid.

Aparte de la crioterapia, la terapia focal también agrupa la ablación por ultrasonidos focalizados de alta intensidad, que localiza la lesión tumoral y emite una serie de ondas de choque que calientan el tejido a 90 grados hasta su destrucción, y la electroporación, que crea un arco galvánico en torno a unas agujas «para destruir el tumor gracias a la electricidad que se crea en torno a esas agujas colocadas alrededor del tumor».

Pero, específicamente la terapia focal está indicada solo en «pacientes con tumores muy localizados que afectan únicamente a una parte muy concreta de la próstata», ha destacado el doctor Núñez, que reitera que, «afortunadamente, este tipo de tumores son los que más se ven en la consulta hoy día».

LA VIGILANCIA ACTIVA, UNA OPCIÓN PARA LOS TUMORES MENOS AGRESIVOS

La vigilancia activa es una estrategia «muy utilizada también ante un diagnóstico de cáncer de próstata. Indicada fundamentalmente en pacientes mayores con tumores poco agresivos y niveles de PSA estables», ha explicado el doctor Núñez.

Así, esta técnica consiste en observar al paciente de forma continua, realizando biopsias cada 12-18 meses, con el objetivo de determinar si el tumor del paciente es potencialmente dañino o no de cara a llevar a cabo o no un tratamiento.

Actualmente, además de la observacion del paciente, es «posible también utilizar ciertos marcadores genéticos para determinar la agresividad del tumor, lo que permite al profesional sanitario tomar una decisión acerca del tratamiento de cada paciente con cáncer de próstata con mayor precisión».

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