Cascada de críticas a Vox en un debate del Congreso sobre libertad de expresión: racistas, machistas, pijos y señoritos
El debate de una moción de Vox en favor de la libertad de expresión y contra el plan del Gobierno para vigilar las campañas de desinformación y fake news , ha servido este miércoles a la mayoría de grupos de Congreso para descalificar a los de Santiago Abascal, a quienes han echado en cara sus «nauseabundas» propuestas y han llamado «machistas, xenófobos, racistas, pijos» y hasta «señoritos».
Durante la defensa de su moción, el diputado Manuel Mariscal ha dado por hecho que el objetivo del Ministerio de la Verdad que, a su juicio, va a crear el Gobierno, no es perseguir las fake news sino ayudar al Gobierno a «perpetuarse en el poder» en colaboración con los grandes medios de comunicación, a los que mantiene mediante «subvenciones».
A partir de ahí, todos los portavoces que han tomado la palabra lo han hecho para afear a Vox que diga que la libertad de expresión está en peligro cuando a ellos se les achaca que vetan a determinados medios en sus actos y además despliegan discursos «xenófobos, machistas y racistas» sin cortapisa alguna.
La diputada de la CUP, Mireia Vehí, ha tildado de «tonterías» el discurso de Vox en esta materia y les ha avisado de que «la liberad de expresión no es un cajón donde quepa todo» y mucho menos sus alusiones «racistas» a los migrantes, aunque la Mesa el Congreso la enmarque en ese derecho.
También EH Bildu, por boca de Bel Pozueta ha acusado a Vox de usar la libertad para «mentir y generar odio y crispación», de recurrir a «bulos» para atacar a sus adversarios políticos y de ser «machistas y xenófobos».
INICIATIVAS FAKE»
Por su parte, el diputado de PNV Mikel Legarda ha tachado de «despropósito» la moción de los de Santiago Abascal, de cuyas iniciativas ha dicho que son «generadoras de postverdades» y de «hechos alternativos subordinados a las creencias personales», es decir, desinformación en si mismas.
Joan Baldoví, de Compromís, ha recriminado a Vox su «cara dura», su «alma negra», su «cinismo sin límites» y sus «nauseabundas propuestas» y ha llamado «pija y mala persona» a la diputada Rocío de Meer, por haber pronunciado, a su juicio un «discurso racista y repugnante» sobre inmigración.
Esto ha llevado a la secretaria general del grupo de Vox, Macarena Olona, a pedir a la Mesa que reclamara a Baldoví que retirara las palabras que había dedicado a su compañera: «Haga usted lo que quiera, pero es lo que siento de verdad dentro de mi corazón», ha respondido el diputado valenciano.
«Señoritos» es como ha llamado el secretario general del PCE y diputado de Unidas Podemos, Enrique Santiago, a los diputados de Vox, a quienes ha recordado que hasta «los señoritos tienen obligaciones» y que «mentir es pecado».
«NUEVO FASCISMO»
Desde el PSOE, Patxi López ha enmarcado las críticas de Vox en lo que ha llamado «campaña de Goebbles», les ha echado en cara su «particular concepto de la libertad de expresión» y les ha vinculado con el «nuevo fascismo».
López y el secretario de Comunicación del PP, Pablo Montesinos, han coincidido en recriminar a Vox que se presenten como adalides de la libertad de expresión y veten la entrada de determinados medios en sus actos, pero hasta ahí han llegado las coincidencias porque le popular ha centrado su discurso en atacar al Gobierno, «más mentiroso de la historia».
Por último, el diputado de Ciudadanos, Miguel Gutiérrez ha dedicado también el grueso de su discurso a cargar contra el Gobierno por los «tics autoritarios» que, a su juicio, les lleva a querer vigilar la libertad de expresión, obviando que España es un Estado de Derecho.