Carstens (BIS) asegura que el «aterrizaje suave» de la economía es una posibilidad, pero que existen riesgos

El director general del Banco de Pagos Internacionales (BIS), Agustín Carstens, ha asegurado este lunes que la actividad económica se ha mantenido «sorprendentemente resiliente» durante el actual ciclo de endurecimiento monetario, lo que acerca la posibilidad de que se produzca un «aterrizaje suave» de la economía, pero ha alertado de los riesgos que amenazan a su materialización.

El que fuera gobernador del Banco de México ha afirmado que la lucha contra la inflación ha tenido un «coste notablemente pequeño», tanto en términos de menor PIB como de aumento del desempleo, y también que la inflación está a la baja, pero que esto no significa que ya sea baja, dado que aún está por encima de los objetivos de estabilidad de precios de los bancos centrales y seguirá siendo así hasta, aproximadamente, mediados de 2025.

No obstante, no se está produciendo una espiral de precios y salarios gracias a que la política monetaria «está haciendo su trabajo», incluso, aunque sea con «retrasos».

Por otra parte, Carstens se ha referido a la ralentización económica en 2023, que se explica por China y Europa, con Estados Unidos marcando la nota discordante. El mexicano ha contextualizado la situación como la «revancha» después de las elevadas tasas de crecimiento de 2021 y 2022. A esto habría que sumar el efecto de la crisis energética sobre la industria y los servicios, y las subidas de tipos de interés, que han restringido la demanda agregada.

En cualquier caso, el director del BIS ha augurado que esta desaceleración será «superficial y efímera» ya que cuando se doblegue la inflación, los tipos se normalizarán y el PIB retornará a su crecimiento potencial a largo plazo. Asimismo, el deterioro de los mercados laborales deberá ser «modesto», al tiempo que la productividad repuntará «gradualmente».

RIESGOS

Aun así, Carstens ha advertido de que los déficits fiscales podrían suponer un obstáculo para estas predicciones, al igual que las tensiones geopolíticas por su impacto en el comercio y los mercados de materias primas, como es el caso de la crisis en el mar Rojo.

«Los niveles de deuda pública están en máximos históricos y los déficits fiscales siguen siendo demasiado elevados en muchos países a pesar de la resiliencia del ciclo económico», ha explicado Carstens, que ha añadido que, en ausencia de consolidación fiscal y teniendo en cuenta las presiones de gasto relacionadas con el envejecimiento, la deuda pública mundial crecerá exponencialmente.

El directivo del BIS ha citado también que las expectativas de tipos e inflación de los mercados financieros, un efecto retardado más fuerte de lo esperado de las alzas de tipos acometidas o un aumento de la morosidad supondrían más trabas a la consecución del escenario base.

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