Cantabria tiene 41 municipios en riesgo de despoblamiento y es la cuarta comunidad más envejecida
Bruselas quiere crear una agencia europea para la demografía: «Alguien debe tomar las riendas»
Cantabria tiene 41 municipios en riesgo de despoblamiento de los 102 existentes en la comunidad, que, por otra parte, es la cuarta autonomía más envejecida.
Unos datos que cobran relevancia ante el anuncio realizado este miércoles por la comisaria europea para el Mediterráneo, Dubravka Suica, ante la Eurocámara de su intención de crear una agencia europea para la demografía que ofrezca un «enfoque generalizado» a los Estados miembro y una serie de herramientas para atajar el problema de la pérdida de población en toda la UE.
«Alguien debe tomar las riendas para hacerlo de una forma seria y organizada», ha apuntado la comisaria croata durante su intervención en un debate sobre el problema demográfico que afronta Europa en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia).
Una problemática que afecta a Cantabria, donde los municipios en riesgo de despoblamiento han aumentado de 39 a 41, según la nueva orden de la Consejería de Presidencia, de enero de este año, que delimita, unifica y clarifica en una única norma reguladora los ayuntamientos donde se aplicarán todas las medidas de discriminación positiva para incentivar la fijación y atracción de la población a estas zonas.
A la lista en riesgo de despoblamiento se han incorporado este año cuatro municipios: Selaya, Escalante, Villafufre y Villacarriedo; y han salido dos: Ruente y Cillórigo de Liébana.
De los 41 ayuntamientos incluidos en ella, 13 están considerados en riesgo grave, mientras que a Tresviso y Valle de Villaverde se les reconoce como municipios con tratamiento especial y diferenciado por su ruralidad, el envejecimiento de su población y su emplazamiento geográfico.
Los criterios de inclusión en esta lista se corresponden con tener una densidad de población inferior a 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado, de acuerdo con los objetivos de la Unión Europea; además de cumplir con tres de estos cuatro parámetros: contar con una variación negativa de la población en los últimos diez años, una renta per cápita inferior a la renta per cápita mediana de todos los municipios de la comunidad autónoma, una tasa de envejecimiento superior al 30 por ciento, y ser un municipio de población inferior a los 2.000 habitantes.
Además, Cantabria es la cuarta comunidad autónoma con más habitantes de 65 o más años, el 24,3% de su población, según un estudio publicado este año por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea).
En este sentido, el Instituto Nacional de Estadística (INE) sitúa el Ìndice de Envejecimiento de Cantabria en 2024 en el 187,48, el cuarto mayor de las comunidades, superior en más de 40 puntos al medio nacional del 142,35.
«ENFOQUE GENERALIZADO»
Durante su intervención en el Parlamento Europeo, Suica ha recordado que Bruselas ya ha ofrecido una serie de herramientas a las capitales para hacer frente a la pérdida de población, pero ha reconocido la necesidad de profundizar en un «enfoque generalizado», ya que considera que dedicar la cartera dedicada a la demografía en el seno de la Comisión «se queda corta».
Así, sin dejar de reconocer las competencias de los Estados miembro en este ámbito, la comisaria ha explicado su ambición «a largo plazo» de crear un «instituto o una agencia» para la demografía que introduzca una serie de condiciones a cumplir por parte de los Veintisiete. «Imposiciones, no; recomendaciones, sí», ha incidido la política croata.
En este sentido, ha precisado que la estrategia de la Comisión frente al reto demográfico se estructura en torno a cuatro prioridades: apoyar la conciliación de los progenitores; empoderar a las generaciones más jóvenes; mantener el bienestar de las generaciones de más edad y, cuando sea necesario, hacer frente a la escasez de mano de obra a través de la migración legal gestionada.
En respuesta a la propuesta, durante el debate en la Eurocámara, la eurodiputada del PP Elena Nevado del Campo ha reconocido que Europa no puede «seguir mirando hacia otro lado» ante la caída de la natalidad y las elevadas tasas de envejecimiento, una situación que propone revertir con inversión en conectividad digital, transportes y servicios esenciales.
Por su lado, la eurodiputada socialista Lina Gálvez ha abogado por garantizar empleo y servicios de calidad al tiempo que ha propuesto utilizar la crisis demográfica para avanzar en políticas de igualdad de género, conciliación, servicios públicos o migración.
Mientras, la eurodiputada de Vox Mireia Borrás ha arremetido contra la inmigración y las políticas de lo que ha tildado de «reemplazo demográfico» porque, a su juicio, «destruyen la identidad y atentan contra la seguridad de todos los europeos».