Cantabria impulsa el pastoreo de montaña para generar riqueza en zonas despobladas

Presentada la II fase del proyecto del CIFA para frenar la matorralización y fomentar la producción animal en la montaña cantábrica

El Gobierno de Cantabria seguirá impulsando el pastoreo de montaña para poner en práctica un sistema ganadero viable que permita generar riqueza en las zonas más despobladas de la región.

Así lo ha anunciado este viernes el consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Guillermo Blanco, quien ha indicado que en su departamento han decidido dar «un paso y seguir adelante» con el proyecto de investigación que el Centro de Investigación y Formación Agrarias (CIFA) inició hace tres años para frenar la matorralización y fomentar la producción animal en pastoreo en la montaña cantábrica.

Tras una primera fase que ha concluido este año con unos resultados «satisfactorios», el proyecto que dirige el investigador del CIFA, Juan Busqué, iniciará una nueva etapa de tres años en los que tratará de complementar la información necesaria para poner en marcha un sistema ganadero «viable» que, según ha indicado el consejero, «transforme el monte en un espacio más productivo, biodiverso y resiliente, además de producir carne de calidad con el mínimo de alimentación externa y ofrecer nuevas alternativas de empleo primario en nuestra montaña».

Ha abogado, además, por impulsar la colaboración de las entidades locales propietarias de los montes cántabros e implicar a la administración municipal en la gestión de este proyecto, así como apoyar de manera «decidida» la formación para promover un oficio «altamente cualificado», el del pastoreo de montaña, entre los jóvenes de la región.

II FASE DEL PROYECTO

Entre las medidas que se pretenden poner en marcha en esta segunda fase del proyecto, desarrollado en la finca de La Jerrizuela (Coo, Los Corrales de Buelna), Blanco ha destacado la intención de su departamento de incrementar este año el rebaño experimental con el que cuenta el proyecto a 50 ovejas y 50 cabras; contratar dos pastores que trabajarán a turnos; crear una red de pastores con los principales profesionales de la montaña de la región, e iniciar proyectos de investigación y transferencia al sector.

Para el ejercicio que viene el objetivo es aumentar el rebaño a 100 ovejas y 100 cabras, diseñar cinco rutas de pastoreo y establecer sinergias con el proyecto de escuela de pastores en el que la Consejería lleva trabajando desde hace un año con el Grupo de Acción Local Saja-Nansa.

El consejero ha reconocido sentirse «muy orgulloso» del proyecto y ha confiado en que logre «grandes resultados» para poner en valor el «enorme» potencial de una práctica ganadera «casi extinta» sobre los recursos naturales de la región y en la generación de riqueza, así como en la adecuada gestión de los montes y la diversificación de los productos generados.

Tal y como ha explicado, esta línea de investigación ha evidenciado la capacidad del ganado menor de consumir y mantener bajo control la vegetación arbustiva para luchar contra la matorralización excesiva de buena parte de los pastos comunales de Cantabria.

«Es probablemente el mayor problema que tenemos en el medio rural porque es el causante de diversos procesos negativos en cadena, como el abandono del pastoreo, los incendios forestales destructivos y la predación y contagio de enfermedades al ganado proveniente de la fauna salvaje», ha señalado el consejero.

INVESTIGACIÓN E INNOVACIÓN

Por todo ello, ha puesto en valor el desarrollo de esta línea de investigación que trata de fomentar, a través de la investigación y la innovación, la recuperación y modernización de un oficio, el pastoreo de montaña, que a su juicio puede ser un sistema ganadero «viable» en los montes de Cantabria «con grandes beneficios».

Entre los mismos también ha destacado la viabilidad de producir carne de ternero, cordero y cabrito con un consumo de pienso «muy reducido» y con unos parámetros de calidad nutritiva y organoléptica «diferenciados y saludables».

Ha asegurado que la aplicación del componente investigador e innovador sobre la práctica pastoral en las montañas de Cantabria permitirá incorporar nuevas herramientas y prácticas de gestión y apoyo que aseguren la viabilidad de las empresas ganaderas y el reforzamiento del sector agrario en las zonas más deprimidas de la Comunidad Autónoma.

Prueba de ello, ha dicho Blanco, es el compromiso del Gobierno de reforzar el rebaño autóctono propio de ovejas carranzanas con el que cuenta el proyecto para corroborar la viabilidad de la citada producción de carne.

PROYECTO

El proyecto, desarrollado en la finca de La Jerrizuela (Coo, Los Corrales de Buelna), propiedad del Gobierno de Cantabria, surgió en 2017 en el CIFA, en coordinación con otros equipos científicos de los centros de investigación agroalimentarios de Asturias y Galicia, y con la financiación de la Agencia Estatal de Investigación a partir del año siguiente.

Nació con el objetivo de cuantificar en una primera fase la capacidad del ganado autóctono en pastoreo para frenar la matorralización y caracterizar los productos cárnicos que se desarrollan en los sistemas pastorales de monte.

Además, sirvió para validar la utilidad de técnicas innovadoras de seguimiento del comportamiento del ganado en pastoreo mediante collares GPS y de la dinámica de la vegetación.

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