Cantabria dice que la petición de Garzón sobre la carne se basa «en mentiras» y persigue «atacar» al sector
El consejero de Ganadería de Cantabria, Guillermo Blanco, ha mostrado su «más absoluto rechazo» a la petición del ministro de Consumo, Alberto Garzón, de reducir el consumo de carne al considerar que sus manifestaciones «se fundamentan en mentiras y tienen el único propósito de atacar y desprestigiar al sector primario».
De esta manera, se suma al «estupor» manifestado por asociaciones cárnicas, organizaciones agrarias y ganaderos, entre otros, que según Blanco no entienden «la campaña de desprestigio» que algunos sectores minoristas están realizando contra el sector primario, «y mucho menos que ahora cuenten con la complicidad del presidente del Gobierno Pedro Sánchez, y el apoyo de algunos ministros e incluso de Bruselas».
Para Blanco, las afirmaciones de Garzón «están basadas en falsedades y en retorcer los datos para que parezca que vivimos en una sociedad distinta a la que quieren vender», cuando el sector primario, en el caso de España y de Cantabria, «es un ejemplo a seguir con sus actividades saludables, sostenibles y esenciales para el desarrollo socioeconómico del medio rural».
El consejero no entiende que, desde el Gobierno central, y en este caso Garzón, al que exige una rectificación, «estén intentando crear crispación en el sector ganadero-cárnico a base de afirmaciones erróneas y equivocadas que lo único que hacen es confundir a la ciudadanía al afirmar que el consumo de carne perjudica a la salud y el planeta, cuando es precisamente todo lo contrario».
«Los responsables políticos no estamos para crear conflictos o desatar polémicas», ha considerado Blanco, quien ha acusado a Garzón de «difamar» al conjunto del sector ganadero-cárnico, tachando de «irresponsable usar los datos de forma interesada» cuando «todos los indicadores internacionales reflejan que el patrón de dieta y de estilo de vida en España y en Cantabria es de los más adecuados del mundo».
Según el consejero, los datos de emisiones hechos públicos por el propio Gobierno de España y varias instituciones internacionales, han mostrado que «estas informaciones parciales o interesadas están muy alejadas de la realidad», dado que las emisiones de los sectores ganaderos que se registran «no son, ni mucho menos las principales responsables del cambio climático».
Así, cita estudios como el del Centro de Tecnologías Físicas de la Universidad Politécnica de Valencia, según el cual los niveles de concentración de dióxido de nitrógeno, uno de los principales responsables de la contaminación del aire, «han disminuido una media del 64%» en las principales ciudades españolas tras las medidas por el Covid, cuando los sectores de producción y suministro de alimentos, especialmente los de producción ganadera, elaboración y comercialización de carne, «han seguido realizando sus actividades, incluso con un mayor esfuerzo» para mantener abastecida a la población.
También ha recordado que el 90% del agua que se atribuye a la producción de carne procede de la lluvia y los gases de efecto invernadero que provoca la ganadería son «exageradamente» inferiores a los causados por el transporte, la industria, la electricidad o el consumo de combustibles.
«En los peores meses de la pandemia, con la industria parada al 50% y sin apenas coches por las ciudades, los niveles de contaminación en España se redujeron a cifras históricas nunca antes vistas y curiosamente nuestras vacas seguían pastando y haciendo la digestión», ha subrayado Blanco, quien ha apuntado que la producción de carne representa el 7,8% del total de emisiones de gases de efecto invernadero en España frente al 27% del transporte, el 19,9% de la industria o el 17,8% de la electricidad, según datos de Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD).
El consejero ha asegurado que Cantabria «no va a tolerar» que desde Madrid y Bruselas intenten «desprestigiar» al sector primario «cuando todo el mundo sabe» que representan «uno de los ámbitos sociales más comprometidos con la sostenibilidad y la transición hacia modelos de producción basados en la neutralidad climática y la circularidad».
Además, ha instado al ministro de Agricultura, Luis Planas, a que «tome las riendas en este asunto y no deje que sus compañeros de Consejo de Ministros se entrometan» en las competencias de un Ministerio que, además, «fomenta el consumo de carne con campañas de publicidad en los medios de comunicación».
Blanco se ha mostrado «indignado y preocupado» por la posición del Gobierno central contra el sector primario, tras referirse a la inclusión incluir al lobo en el LESPRE,y ha defendido el consumo de carne porque «se trata de un producto de máximo valor que debe formar parte de una dieta rica y variada y representa uno de los mejores ejemplos de consumo de proximidad y sostenibilidad cuando procede de nuestras ganaderías».
«La conservación de nuestra biodiversidad y nuestros paisajes diversos tiene su mejor aliado en la ganadería extensiva», ha sostenido Blanco, quien ha insistido en que esta ganadería «no constituye un problema» que esté contribuyendo al cambio climático, sino que «es víctima y parte de la solución», por lo que ha abogado por impulsar «entre todos, y sobre todo con la ayuda del Gobierno de España», buenas prácticas en el sector.
«Está más que comprobado que el aprovechamiento ganadero de los pastos los convierte en sumideros de carbono, contribuyendo a la fertilización del terreno y a la retención del agua de lluvia, reduciendo la erosión y la desertificación, además de ser fundamental para la limpieza del monte y la prevención de los incendios forestales, así como para una mayor diseminación de nutrientes y el consiguiente aumento de la fertilidad del suelo», ha dicho.
En este sentido, ha reafirmado el compromiso del Gobierno de Cantabria de «ir de la mano» del sector para desarrollar nuevos modelos de negocio basados en los usuarios finales y sistemas de explotación más sostenibles, así como nuevos modelos organizativos y mejoras en las conexiones entre las explotaciones y las comunidades locales.
También se ha mostrado partidario de un cambio en el modo alimentario para combatir el cambio climático, pero en el que la carne y el resto de productos ganaderos, como la leche, «debe tener un papel esencial», dada su «enorme contribución» al desarrollo sostenible.