Candriam adopta un posicionamiento defensivo ante el actual escenario económico
La sociedad de inversión Candriam ha adoptado un posicionamiento defensivo ante el actual entorno económico y se mantiene neutral en renta variable y crédito, en tanto que recomienda diversificarse y apostar por energía, oro y activos alternativos.
Así lo ha destacado la responsable de asset allocation , Nadège Dufossé, en un evento este martes en Madrid, en el que ha señalado que la firma está posicionada para esa ralentización del crecimiento, ante la que mantendrá sus convicciones a largo plazo.
Dufossé ha señalado que los mercados financieros están reflejando el alza de la inflación, los shocks de suministro de materias primas y la ralentización de la economía global, un escenario en el que hay «muy pocos ganadores».
A largo plazo, la firma ha señalado que los valores relacionados con la digitalización, farmacéuticas, innovación y transición energética seguirán beneficiándose de los cambios estructurales derivados de la pandemia y el conflicto ucraniano.
Por otra parte, Candriam tiene un posicionamiento negativo en bonos gubernamentales y está esperando un punto de entrada en los bonos del tesoro estadounidense.
Desde enero, el crecimiento global para 2022 ha sido revisado a la baja y se ha reducido en un punto porcentual, debido a la invasión de Ucrania, según ha recordado en el evento el economista jefe de Candriam, Anton Brender.
Ese conflicto ha elevado los precios tanto del petróleo como de otras materias primas, como los alimentos, algo que podría «poner en riesgo la estabilidad social de algunos países».
A la tensión en los mercados de materias primas se une la disrupción de las cadenas de suministro, así como las medidas Covid cero tomadas por China.
El PMI manufacturero del país asiático parece estar repuntando, aunque los últimos confinamientos han deprimido esa actividad y la confianza del consumidor se ha visto muy impactada, ha señalado Brender.
La firma se mantiene positiva en Estados Unidos y considera que ese «aterrizaje suave» es posible. La actividad se desaceleró en el primer trimestre del año, pero el momentum se mantiene firme, y la demanda está siendo sólida durante este trimestre.
Brender ha explicado que la sucesión de shock a los que se está enfrentando esta geografía es bastante única: disrupciones en la cadena de suministro, subida en los precios de las materias primas y tensión al alza de los precios. Estos tres shocks están conduciendo los precios al alza, aunque las empresas «han sido capaces de mantener sus márgenes».
La Reserva Federal estadounidense (Fed) tendrá que contener la subida de los salarios en el 3% para controlar la inflación en un horizonte a tres años, ha incidido Brender, lo que implica que el crecimiento tendrá que ser menor del 2% a partir del año que viene.
En Europa, la actividad económica había vuelto a niveles prepandemia a principios de año en la mayor parte de territorios. «La recuperación estaba ahí, pero era desigual», ha señalado la responsable global de investigación económica, Florence Pisani.
No obstante, la invasión de Ucrania ha impactado la confianza tanto de empresas como de consumidores, ha señalado Pisani, en tanto que la actividad de la Eurozona se verá afectada por la caída en las exportaciones por parte de Rusia.
El alza de los precios de las materias primas derivado de este conflicto reducirá el poder adquisitivo de los hogares del Viejo Continente en torno a un 3% este año. El que están experimentando los alimentos, por su parte, restará otro 1% de poder adquisitivo.
En cuanto a las importaciones de gas, Pisani ha señalado que es posible reducir la dependencia, pero no sustituirlas en solo un año. Candriam cree que estas se reducirán en un tercio este año, una previsión menos optimista que la de la Comisión Europea, que prevé que caigan a la mitad.
De todas formas, Pisani ha incidido en que ya se cumpla una u otra previsión, se llega al mismo punto: el Viejo Continente seguirá dependiendo del gas ruso.
La falta de gas podría impactar el PIB de Alemania en más de un 6%, que junto a Italia será uno de los países más afectados. Candriam cree que si no hay más cortes de suministro de gas por parte de Rusia, la Eurozona «todavía podría evitar una recesión».
En este contexto, el Banco Central Europeo (BCE) «está en una posición complicada», dados los riesgos para el crecimiento económico y el alza de la inflación, a lo que se suman las tensiones que están comenzando a verse en el mercado de trabajo europeo.