Calviño promete trabajar por la unidad, la recuperación y la sostenibilidad fiscal si preside el Eurogrupo
La vicepresidenta tercera de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha remitido una carta a los ministros del área del euro en la que promete que si resulta elegida para presidir el Eurogrupo trabajará con todos los Estados para alcanzar «acuerdos equilibrados» y un «fuerte consenso» para generar unidad en la Eurozona, así como para acelerar la recuperación y conseguir un crecimiento «inclusivo», para lo que cree que no hay que retirar pronto las medidas de apoyo pero sí diseñar una ruta de sostenibilidad fiscal a medio plazo.
Así lo señala en la carta de motivación enviada este jueves al resto de ministros de Economía y Finanzas de la eurozona para presentar de forma oficial su candidatura para presidir el Eurogrupo en sucesión del portugués Mário Centeno.
«Con una sólida formación en economía y derecho, he tenido altas responsabilidades durante toda mi carrera profesional en un amplio número de áreas, incluyendo política económica, digitalización, finanzas y presupuestos, regulación financiera, competencia y comercio», resalta de sí misma Calviño en la misivia a la que ha tenido acceso Europa Press.
Según la vicepresidenta, esta combinación de conocimiento y experiencia a nivel nacional, europeo e internacional, le brinda una visión «bien informada e integral necesaria para enfrentar los complejos desafíos que hay por delante».
Más allá de su experiencia como vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos en el Gobierno español, Calviño indica que su experiencia profesional previa y su «profundo conocimiento» de las instituciones europeas le provee de una «fuerte habilidad para escuchar, comprender los matices y los diferentes puntos de vista para buscar formas de cerrar las brechas, facilitar los intercambios y participar activamente con el objetivo de alcanzar decisiones equilibradas».
En la misia, Calviño rinde homenaje a Mário Centeno por su «excelente trabajo» durante los últimos dos años y medio, con un liderazgo «particularmente importante» en la construcción del consenso necesario para una respuesta «fuerte y oportuna» a la crisis del Covid-19. En este sentido, señala que el final de su mandato llega en un momento «muy desafiante» dado que la pandemia ha afectado a todos los países europeos, con consecuencias sanitarias y que causarán una «interrupción sin precedentes» de la actividad económica, empujando a todos los Estados miembros a una recesión en 2020.
Asimismo, destaca que a lo largo de los años el Eurogrupo ha demostrado ser el «foro adecuado» para abordar desafíos comunes, proporcionando un marco «eficiente y muy unido» para que los ministros trabajen juntos para responder a los mandatos de los líderes europeos y proporcionar las mejores respuestas posibles.
«Tiene un papel central que desempeñar para garantizar una acción coordinada y dar forma a nuestras políticas para el futuro», enfatiza Calviño, que cita los retos para los próximos dos años y medio.
UNIDAD, ACELERAR EL CRECIMIENTO Y REFORMAS
En primer lugar, subraya la necesidad de sentar las bases para una fuerte recuperación económica que lleve a acelerar un crecimiento económico sostenible e inclusivo y a la creación de empleo dentro de la zona del euro.
«Estamos en el mismo barco y las acciones tomadas en un país pueden tener un fuerte impacto en la estabilidad y el crecimiento de otros», señala Calviño, añadiendo que se necesita coordinación para evitar el impacto negativo de las políticas divergentes, pero también para beneficiarse de las sinergias y los efectos secundarios positivos derivados de actuar juntos en nuestras economías y sociedades altamente interconectadas.
Tras la actuación «rápida» de instituciones y gobiernos para hacer frente al choque de la pandemia, en la recuperación considera que se requiere una respuesta «igualmente fuerte y coordinada a nivel nacional y europeo para acelerar la reactivación de empresas y sectores y asegurar una recuperación en forma de V que brinde la zona del euro lo antes posible de vuelta al camino de un crecimiento sostenible robusto».
«Las decisiones que tomemos en respuesta a esta crisis determinarán la forma de nuestra Unión Económica y Monetaria en las próximas décadas», añade, incidiendo en que el Eurogrupo deberá desempeñar un papel «esencial «en la coordinación y la acción para que la zona del euro emerja más fuerte y más resistente de esta crisis.
En paralelo al despliegue del paquete de la próxima generación de la UE, aún pendiente de un acuerdo político, señala que los países de la zona del euro deberán implementar planes sin precedentes, incluidas inversiones y reformas para fomentar la recuperación.
Por ello, recalca que la dimensión supranacional debe incorporarse a la ecuación, de forma que el Eurogrupo debería contribuir a integrar esta dimensión en el análisis de los planes de recuperación y resiliencia.
SOSTENIBILIDAD FISCAL A MEDIO PLAZO
Como segundo aspecto señala como segundo aspecto el marco fiscal, sobre el que señala que tras el progreso en materia de reducción de déficit y deuda yen los últimos años, la situación extraordinaria del Covid ha dado la vuelta ala situación, por lo que todo los países harán frente a un incremento de los niveles de déficit y deuda este año. Sin embargo, cree que es te impacto será temporal si se asegura una fuerte recuperación.
Eso sí, cita el «amplio consenso» sobre la necesidad de evitar retirar políticas de apoyo demasiado pronto, pero también la de diseñar una ruta que garantice finanzas públicas sostenibles y estabilidad financiera en el medio plazo, para lo que considera que habrá que coordinar las políticas fiscales.
FORTALECER LA CAPACIDAD DE RECUPERACIÓN
Como tercer ámbito apunta al fortalecimiento de la capacidad de recuperación de la Unión Económica y Monetaria, para estar «bien preparados» para futuros shocks. «Soy consciente de las diferentes sensibilidades en torno a la mesa y la necesidad de trabajar de manera constructiva en la creación de consenso, encontrar acuerdos equilibrados y desarrollar soluciones viables y realistas que puedan ofrecer una arquitectura más resistente», añade al respecto.
En esta línea, señala que la Unión Bancaria es un pilar del progreso «significativo» de los últimos años, pero hay que concluirlo, así como una Unión de mercado de capitales.
Por último, insta como otro objetivo a reflexionar sobre los métodos de trabajo con miras a maximizar la eficiencia al tiempo que se refuerza la legitimidad democrática.