Calidad Pascual cierra 2017 con un Ebitda de 74 millones y eleva un 2% sus ventas
Genera un impacto económico total de 1.345 millones
Calidad Pascual vuelve a la senda del crecimiento tras cerrar 2017 con un resultado bruto de explotación (Ebitda) de 74 millones de euros, un 2,7% más que el registrado en el ejercicio precedente, según se desprende de su Informe de Creación de Valor Compartido 2017.
En concreto, las ventas del grupo se elevaron un 2%, hasta alcanzar los 675 millones de euros, mientras que registró un beneficio antes de impuestos de 25,7 millones de euros.
El pasado ejercicio la compañía siguió avanzando en su proceso de reducción de deuda, que descendió un 7,7%, desde 208 millones a 192 millones de euros.
Pascual ha precisado que consolida el proceso de estabilidad financiera que inició con la firma del préstamo sindicado en 2013, fecha desde la cual ha reducido en 140 millones de euros su deuda. En este contexto, la empresa arandina firmó en 2016 una revisión de su acuerdo de financiación para acometer nuevos proyectos en condiciones «muy favorables».
La actividad de la compañía generó un impacto económico total de 1.345 millones de euros, y promovió 14.238 empleos a jornada completa entre directos, indirectos e inducidos. La firma apuesta por generar un empleo de calidad, apostando por el talento, atrayendo a los mejores y fomentando el crecimiento y el desarrollo de las personas que ya forman parte de la plantilla.
CRECER DE FORMA «SOSTENIBLE Y RENTABLE»
El presidente de Calidad Pascual, Tomás Pascual, ha señalado que quiere que la compañía sea reconocidad «como una empresa familiar y global, referente social y líder en alimentación de calidad». «Queremos crecer de manera sostenible y rentable, creando valor compartido para todos nuestros grupos de interés: consumidores, clientes, empleados, proveedores, ciudadanos y accionistas».
Además, ha señalado que la compañía ha creado la comisión de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) dependiente del consejo de administración para «velar por el cumplimiento» de estas políticas.
Por su parte, el consejero delegado y director general ejecutivo de Calidad Pascual, José Luis Saiz, ha señalado que la compañía se ha marcado como objetivo el «recuperar el orgullo y el reconocimiento del liderazgo, volviendo a crecer de forma sostenida y rentable».
«Es igualmente nuestra ambición seguir avanzando en el negocio internacional. Nuestros productos, principalmente el yogur, con la base de los mercados africanos y asiáticos, serán la plataforma del éxito», ha avanzado.
Durante 2017, la compañía ha profundizado en su compromiso integral con una cadena de valor saludable para sus diferentes grupos de interés, desde el aprovisionamiento y la producción hasta la distribución y venta, y el consumo.
Así, ha consolidado un modelo de aprovisionamiento sostenible que incluye políticas de compra responsable y de eficiencia en la gestión de las granjas y proveedores. El 98% de la leche se evalúa según criterios medioambientales, y todas sus granjas están certificadas en bienestar animal. También es la primera y única empresa que se aprovisiona de soja nacional, siempre libre de organismos transgénicos o modificados genéticamente.
Respecto a los retos ambientales, Calidad Pascual apuesta por compatibilizar las necesidades de crecimiento y de rentabilidad económica con un modelo de desarrollo eficiente, sostenible y transparente haciendo un uso racional de recursos mediante planes y programas ambientales y una economía circular, basada en reducir, reutilizar y reciclar.