Buruaga «no aprueba» «insultos» de hosteleros a Revilla pero «comprende» su «desesperación» por el cierre de interiores

Afirma que la medida «no es una decisión de los sanitarios»: «Si Revilla no quiere, la hostelería no se cierra»

La presidenta del PP de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, «no aprueba» ni justifica los «insultos» y «faltas de respeto» al jefe del Ejecutivo regional, Miguel Ángel Revilla (PRC), en la concentración de los hosteleros de ayer, martes, en Astillero pero «comprende» la protesta «que viene a expresar la desesperación del sector» ante la «injusta, desproporcionada y evitable» decisión de volver a cerrar el interior de la hostelería.

«Miguel Ángel Revilla se está equivocando gravemente permitiendo un cierre (del interior) de la hostelería que él, como el resto de presidentes autonómicos, puede impedir», ha afirmado Buruaga en una rueda de prensa en la que ha vuelto a expresar el desacuerdo de su partido con esta medida, en vigor de nuevo desde hoy, «en este momento y en estas condiciones».

BURUAGA: «SI REVILLA QUIERE, LA HOSTELERÍA NO SE CIERRA»

Buruaga ha acusado al presidente cántabro de «eludir su responsabilidad como presidente» y «esconderse» detrás de los técnicos para justificar la medida.

«Si son los técnicos los que toman las decisiones, lo que tenemos que hacer es cerrar la autonomía, irnos todos para casa y que gobiernes los tecnócratas. Lo siento, pero no. Esto no va así», ha aseverado la líder de los populares cántabros, que ha insistido en que el cierre de la hostelería «no es una decisión de los sanitarios, como dice Revilla».»La hostelería la cierra Miguel Ángel Revilla», ha insistido.

Buruaga ha manifestado que ha sido Revilla el que ha tomado «la decisión política de consentir todo y dejar hacer y deshacer a quien se ha empeñado en cerrar», que es, a su juicio, el consejero de Sanidad, el socialista Miguel Rodríguez, al que ha acusado de tener una «cruzada ideológica contra la hostelería».

«Si Revilla quiere, la hostelería no se cierra, pero lo que pasa es que no quiere. No quiere complicarse la vida con su socio de coalición y por eso pasará a la historia como el presidente que arruinó a la hostelería de Cantabria», ha aseverado.

Buruaga ha afirmado que es a Revilla al que, como presidente, le corresponde «dirigir y coordinar las acciones de su Gobierno», el que «tiene que ponderar los intereses en conflicto y tratar de buscar el equilibro» y el que tiene la obligación de arbitrar «soluciones intermedias que permitan conciliar economía y salud» sin tener que recurrir al cierre del interior de la hostelería «total», «generalizado» e «indiscriminado» que, a su juicio, debería ser la «última opción» y no una medida «preventiva».

A juicio de la líder autonómica del PP, lo que se está haciendo en Cantabria es «controlar la pandemia a costa» de este sector.+

Buruaga ha defendido que, si el Gobierno, es «incapaz de implementar una política sanitaria adecuada, tendrá que compensar al sector» ante lo que, según ha dicho, es una «clarísima expropiación» de su actividad.

«La hostelería no pide subvenciones. Pide y necesita una compensación por el destrozo causado, compensaciones por el cese forzoso de actividad y la caída de su facturación, no ayudas de miseria», ha afirmado la presidenta de los populares , que, además, considera que, si el Gobierno regional no lo hace, no es porque no tenga dinero ya que –ha recordado– le han «sobrado» 65 millones de euros el pasado año «con la que está cayendo».

OTRAS «ALTERNATIVAS»

Buruaga ha insistido en su postura de que hay «alternativas» al cierre del interior de la hostelería en toda Cantabria y ha recordado que en otras comunidades autónomas, en lugar de optar por esta «medida extrema», se están implantando franjas horarias para la actividad del sector, reduciendo aforos, limitando más los comensales por mesas, distancias, e, incluso, imponiendo «cierres quirúrgicos» por territorios o municipios en función del riesgo, opciones «menos cómodas» y que exigen «más trabajo de las autoridades sanitarias» pero que, a su juicio, son «más razonables, proporcionadas y eficaces».

«No se puede aplicar las mismas medidas con una incidencia acumulada de 400, 500 o 600 casos por 100.000 habitantes que de 0 o de 50 y eso es obvio y de sentido común, menos en Cantabria», ha defendido Buruaga, que ha criticado que la medida del cierre del interior de la hostelería se aplique de forma «indiscriminada» en toda la comunidad con independencia de sus datos.

Buruaga ha insistido en que estas medidas el Gobierno liderado por Revilla lo puede hacer «sin prevaricar», «sin saltarse la Ley», la Estrategia Nacional ni los acuerdos del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.

«Si no, que se lo pregunte a los presidentes autonómicos, que le pregunte cómo es posible que todas las comunidades con riesgo alto como Cantabria en estos momentos, incluso alguna con riesgo extremos, mantengan la hostelería abierta con más de 161 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días, que es la incidencia con la que se ha cerrado», ha añadido Buruaga.

La dirigente popular ha mostrado su «estupefacción» porque se haya optado por esta medida con esta incidencia cuando es «casi la misma» con la que se decidió abrir hace poco más de un mes, cuando la comunidad tenía 140.

«¿Qué ocurre, que los demás se rigen por otras normas y otras leyes, por otras estrategias o por otros acuerdos de otro Consejo Interterritorial de Salud?», se ha preguntado la líder del PP.

As, ha insistido en que Revilla «no se puede escudar» en lo que dice el consejero de Sanidad y éste tampoco puede hacerlo en lo que sostiene el Ministerio porque, según ha dicho, ambos «tienen la capacidad de adoptar sus propias decisiones» porque la Estrategia Nacional «se la da» y las medidas que «se recomiendan» en ese plan de actuación conjunta «deben adaptarse a la situación y al contexto de cada comunidad autónoma y «en ningún caso» les impide a cada una de ellas «tomar las decisiones que lo consideren oportuno».

Buruaga ha insistido en que «la hostelería es segura si se ordena la actividad en condiciones de seguridad» y cree que «no se trata de perseguir a los establecimientos sino de controlar comportamientos y sancionar al que no cumple».

Además, ha señalado que el escenario de la pandemia en Españ y en Cantabria, aunque no deja de ser «preocupante» y no hay que «relajarse», «no es comparable» con el de hace un año, con el de Navidad y tampcoo con el del pasado noviembre, cuando se cerró la hostelería con 418 casos por 100.000 habitantes y cree que hoy hay «otros instrumentos para afrontar esta pandemia más allá del sacrificio de una parte de la población».

«REVILLA RECETA PARA ESPAÑA LO CONTRARIO DE LO QUE HACE EN CANTABRIA»

De hecho, ha afirmado que hoy la situación «es tan diferente» que el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, se está planteando levantar el estado de alarma el 9 de mayo y Revilla «lo justifica, como justifica todo lo que dice Sánchez» y subraya la «imperiosa necesidad de empezar a abrir España y convivir con el virus».

«Es una vez más lo típico, la seña de identidad de la casa, una vez más Miguel Ángel Revilla receta para España lo contrario de lo que hace en Cantabria, mostrándose partidario de abrir la economía de España mientras cierra la hostelería en Cantabria (el interior de los establecimientos), algo que, a su juicio, el presidente tiene que explicar.

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