Burkina Faso, Malí y Níger afirman haber realizado una «notificación formal» de su salida de la CEDEAO
El Ministerio de Exteriores de Malí ha afirmado haber realizado una «notificación formal» de la salida de su país y de sus vecinos Burkina Faso y Níger de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), después de que esta negar haber recibido el aviso de estos países de retirarse de la organización.
Bamako ha explicado que los tres países publicaron un comunicado de prensa en el que informaron «de su decisión de retirarse conjuntamente y sin demora» del organismo, por lo que «esta comunicación constituye una notificación formal ante la Comisión de la CEDEAO, la Unión Africana, la ONU «y todas las organizaciones pertinentes», según reza una misiva.
En la víspera, la CEDEAO indicó que «aún» no ha recibido de forma directa una notificación formal de los tres Estados miembros «sobre su intención de retirarse de la organización», mientras que subrayó que «sigue al tanto de la situación y posteriormente hará más declaraciones en función de la evolución de la situación».
Asimismo, remarcó que «sigue decidida a encontrar una solución negociada al estancamiento político» en Burkina Faso, Malí y Níger, que horas antes anunciaron al unísono su abandono del organismo, que actuaba como mediador principal para gestionar su retorno al orden constitucional. También defendió su labor al manifestar que «de conformidad con las instrucciones recibidas de la Asamblea de jefes de Estado y de Gobierno, la Comisión de la CEDEAO ha trabajado arduamente con los países interesados con miras a restablecer el orden constitucional».
Con esta decisión, los tres países, gobernados por juntas militares golpistas y que llevan años combatiendo a grupos yihadistas, llevan a cabo el reconocimiento final a la agrupación que decidieron formar en septiembre del año pasado, la Alianza de Estados del Sahel, ante las numerosas críticas a la CEDEAO por las sanciones impuestas.
La salida de estos tres países supone el abandono colectivo de casi 70 millones de personas de la organización panafricana, cuyos mediadores han intentado sin éxito reducir los plazos para que sus, hasta ahora, tres miembros suspendidos (cuatro, contando a Guinea) proclamaran elecciones para el retorno al orden civil, en medio de sanciones que no han hecho sino enfurecer a sus líderes militares, quienes han ido abandonando la influencia occidental para acercarse cada vez más a Rusia en su defensa contra el terrorismo en la región.