Burkina Faso.- El presidente pide a los militares amotinados «deponer las armas» e iniciar un diálogo
La CEDEAO muestra su «gran preocupación» por la situación y denuncia un «intento de golpe de Estado»
La UA se expresa en la misma línea y pide «velar por la integridad física» del presidente y del Gobierno
El presidente de Burkina Faso, Roch Marc Christian Kaboré, ha hecho un llamamiento a los militares amotinados a «deponer las armas», horas después de que los medios locales apuntaran a que había sido detenido por el Ejército, sin que por ahora esté claro su paradero.
«Nuestra nación vive momentos difíciles. Debemos en estos momentos salvaguardar nuestros avances democráticos», ha señalado Kaboré a través de su cuenta en la red social Twitter, sin dar detalles sobre dónde se encuentra o si está en manos de los amotinados.
«Invito a los que han tomado las armas a deponerlas, en el interés superior de la nación. La manera en la que debemos arreglar nuestras diferencias es a través del diálogo y de escuchar», ha manifestado el mandatario.
Fuentes citadas por el portal burkinés Infowakat habían señalado a primera hora del día que Kaboré había sido arrestado y trasladado al campamento de Lamizana, tras lo que emisora Radio Omega indicó que la Guardia Presidencial había sido desarmada y que el presidente había abandonado el Palacio Presidencial.
Asimismo, fuentes citadas por la emisora Radio France Internationale han confirmado la detención, mientras que un oficial ha resaltado en declaraciones a este medio que «habrá una declaración en las próximas horas». Los militares amotinados habían reclamado previamente la dimisión de Kaboré.
Ante esta situación, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) ha mostrado su «gran preocupación» por la situación y ha hablado de un «intento de golpe de Estado» en un comunicado publicado en sus redes sociales.
«La CEDEAO condena este acto de extrema gravedad que no será tolerado, en línea con las disposiciones reglamentarias pertinentes», ha dicho, antes de hacer a los militares «responsables de la integridad física» del presidente.
Por ello, ha pedido a los amotinados que «vuelvan a sus cuarteles militares, que mantengan una posición republicana y que privilegien el diálogo con las autoridades para resolver los problemas».
En esta línea se ha expresado también el presidente de la Comisión de la Unión Africana (UA), Moussa Faki Mahamat, que ha indicado que «sigue con profunda preocupación» la «gravísima situación» en el país africano, al tiempo que ha condenado «enérgicamente» el «intento de golpe de Estado».
Asimismo, en un comunicado, ha pedido al Ejército burkinés y a las fuerzas de seguridad del país «cumplir estrictamente con su vocación republicana, que es la defensa de la seguridad interna y externa del país» y ha pedido «velar por la integridad física» del presidente de Burkina Faso y de todos los miembros del Gobierno.
Además, ha instado al Gobierno y a los actores civiles y militares a «favorecer el diálogo político» como «medio para resolver los problemas de Burkina Faso». Por último, ha garantizado que trabaja en «estrecha colaboración» con la CEDEAO y «prosigue incansablemente con los esfuerzos conjuntos para una solución rápida a esta crisis».
SITUACIÓN «CONFUSA»
Por su parte, la Embajada de Francia en Uagadugú ha dicho que la situación «es confusa» y ha recomendado a sus ciudadanos en el país que «eviten los desplazamientos no indispensables durante el día y no circular durante la noche».
«Los dos vuelos de Air France previstos este lunes por la tarde han sido anulados. Las escuelas francesas permanecerán cerradas el martes 25 de enero», ha agregado en su página web, antes de agregar que habrá nuevas «indicaciones» en las próximas horas.
Las informaciones sobre la detención de Kaboré han surgido horas después de que la familia del presidente abandonara el país ante el motín en varias bases en los alrededores de la capital, Uagadugú, en el marco del cual ha sido liberado el general Gilbert Diendéré, exjefe de gabinete del expresidente Blaise Compaoré, condenado por un intento de golpe de Estado en 2015 y también procesado en relación con el asesinato del expresidente e icono revolucionario africano durante los años 80 Thomas Sankara.
El Gobierno decretó el domingo un toque de queda entre las 20.00 y las 5.30 horas (hora local), mientras que los amotinados aseguraron que no buscaban hacerse con el poder, sino que exigen más medios y el cese inmediato de la cúpula de la Agencia Nacional de Inteligencia por su incapacidad en la lucha contra el yihadismo que azota desde hace años al país.
El amotinamiento tuvo lugar cerca de dos semanas después de que las autoridades anunciaran el arresto de ocho militares, incluido un comandante, en relación con un presunto complot para «desestabilizar» las instituciones del país. Asimismo, suspendieron la semana pasada el acceso a Facebook por motivos de seguridad no especificados.
El primer ministro burkinés, Lassina Zerbo, reconoció a principios de enero que el país atraviesa una situación de seguridad «extremadamente preocupante» y abogó por hacer de la «reconciliación nacional» uno de los ejes de acción para restaurar la paz y la seguridad, después de que esta inestabilidad haya dejado ya más de 1,5 millones de desplazados desde 2015.
El país africano ha experimentado en términos generales un aumento significativo de los ataques desde el año 2015. Estos, obra tanto de la filial de Al Qaeda como de la de Estado Islámico en la región, han contribuido también a incrementar la violencia intercomunitaria y han hecho que florezcan los grupos de autodefensa.