Bruselas adopta 50 millones del último tramo de ayuda macrofinanciera a Moldavia
BRUSELAS, 10
La Comisión Europea ha adoptado este martes el último tramo de la ayuda financiera a Moldavia, consistente en 50 millones de euros, en el marco del programa de apoyo que puso en marcha en 2022 para garantizar la estabilidad del país tras la invasión rusa contra Ucrania.
El anuncio llega coincidiendo con la visita de la presidenta moldava, Maia Sandu, a la capital comunitaria, donde se ha reunido con la presidenta comunitaria, Ursula von der Leyen, que ha destacado su labor para «luchar con alma y corazón por el futuro europeo de Moldavia».
«Estamos plenamente a su lado», ha afirmado Von der Leyen, confirmando la asignación de 50 millones que se tramitará en los próximos días. Del total de los fondos, cinco millones se corresponden con subvenciones y 45 con préstamo en condiciones ventajosas, en el que será el último desembolso del programa de ayuda macrofinanciera para Moldavia por el que ha recibido un total de 295 millones de euros en los últimos dos años.
La asistencia europea llega tras constatar los esfuerzos de Chisinau para reforzar el Estado de Derecho, avanzar en las reformas judiciales y la lucha contra la corrupción comprometidas en su senda a la UE, después de que los 27 decidieran abrir negociaciones de acceso al bloque hace un año.
Precisamente sobre la reforma del sistema judicial en Moldavia para cumplir con los criterios europeos, la conservadora alemana ha puesto de manifiesto que evaluar la integridad de jueces y fiscales es «esencial» para garantizar el Estado de Derecho y dar pasos hacia la UE.
«Hemos debatido una hoja de ruta para acelerar la investigación de los jueces y hemos aumentado la ayuda de la UE a este respecto a 10 millones de euros», ha explicado en un mensaje en redes sociales tras reunirse con Sandu.
De cara a los próximos años, la UE tiene previsto un plan de 1.800 millones en ayudas y préstamos, con el que acercar a Chisinau al bloque y aumentar la convergencia económica con los 27. Previsto hasta 2027, el programa está condicionado a la agenda de reformas que aborde el gobierno moldavo, de acuerdo a los estándares europeos y en línea con integrar al país en algunos mecanismos del Mercado Único.