Brexit.- May pidió a Sánchez apoyo ante su fragilidad política, pero el español exige cambiar acuerdo por Gibraltar
La primera ministra británica, Theresa May, pidió «apoyo y solidaridad» al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, para que no ponga obstáculos al acuerdo de retirada del Reino Unido de la UE que deben aprobar los socios europeos en la cumbre del domingo, pero Sánchez se mantuvo firme en exigir modificar uno de sus artículos al no recoger la posición española con respecto a Gibraltar.
Así lo ha desvelado este jueves el secretario de Estado para la UE, Luis Marco Aguiriano, en una comparecencia ante la Comisión Mixta de diputados y senadores competente en asuntos europeos para explicar el acuerdo del Brexit.
En esa conversación telefónica celebrada este miércoles, May, según Marco Aguiriano, justificó su petición de apoyo a Sánchez en su «fragilidad política», pero el español le replicó que no le hablara a él de debilidad parlamentaria.
La primera ministra saludó que el diálogo bilateral entre España y Reino Unido –mantenido en paralelo a las negociaciones del Brexit entre Londres y la UE– para la salida ordenada de Gibraltar de la UE durante el periodo transitorio que seguirá al Brexit haya fructificado hasta la fecha en cuatro memorandos y un tratado fiscal. Sánchez le invitó entonces a seguir en esa línea y a retirar el artículo 184 del acuerdo de retirada con el que España tiene problemas.
No es la única conversación que ha desvelado el secretario de Estado, a quien el exministro de Exteriores Alfonso Dastis le llamó para felicitarle porque el Gobierno de Sánchez hubiera mantenido la estrategia puesta en marcha con Dastis para que España avance posiciones en Gibraltar aprovechando las negociaciones del Brexit.
Pero con la llegada del liderazgo de Pablo Casado al PP, la posición de los populares cambió para volver a la «ambición inmediata» de la que hizo gala el antecesor de Dastis, José Manuel García-Margallo, con su propuesta de cosoberanía y que lo único que consiguió fue que los negociadores británicos se negasen a sentarse con los españoles, y que aumentaran los rellenos en Gibraltar y las agresiones a los pescadores andaluces.
El Ejecutivo socialista, como antes el de Rajoy durante la etapa del ministro Dastis, tiene ambición de conseguir «un objetivo final», que pasa por conseguir en Gibraltar una «solución moderna, beneficiosa económicamente para todos, y civilizada».
Ante las críticas recibidas por varios grupos parlamentarios, entre ellos PP, Ciudadanos, pero también Unidos Podemos, por la «pérdida de credibilidad» que perciben del Gobierno español en Europa, Aguiriano ha achacado este debilitamiento de la capacidad de influencia de España en la UE a «gobiernos anteriores».
En su opinión, «las cartas en Europa hay que jugarlas bien y hay que intervenir mucho» y ha revelado que él mismo ha constatado cómo en uno de los últimos Consejos Europeos en los que participó Mariano Rajoy el presidente español «sólo había pronunciado 50 palabras».