Breton cifra en 200.000 millones la inversión necesaria para una nueva red digital global en la UE
Inversión, mercado único digital y ciberseguridad, pilares del futuro marco regulatorio europeo
L HOSPITALET DE LLOBREGAT (BARCELONA), 26
El comisario de Mercado Interior de la Comisión Europea, Thierry Breton, ha cifrado en 200.000 millones de euros el presupuesto necesario para que la UE se dote de una nueva red digital global, y ha pedido la participación público-privada en el impulso de una regulación adaptada a la actualidad.
Breton ha atendido a los medios de comunicación antes de pronunciar la conferencia Cambiar el ADN de nuestra infraestructura de conectividad en el Mobile World Congress (MWC), evento que ha comenzado este lunes y se celebra hasta el jueves en el recinto Gran Via de Fira de Barcelona.
El comisario ve «absolutamente fundamental trabajar ahora en la infraestructura digital correcta» para todos los servicios, porque considera que aún no existe la correcta red para cumplir con las las necesidades: de ahí que se haya impulsado una gran consulta a todos los emprendedores.
FUTURA LEY DE REDES DIGITALES
Para Breton es muy importante asistir al MWC cuatro días después de presentar el Libro Blanco de la Comisión Europea que sienta las bases para una futura Ley de Redes Digitales: «Estamos abogando por un nuevo enfoque revolucionario para las redes digitales y cada uno de nosotros debería ser parte de este proyecto extremadamente importante para el próximo mandato, para la próxima Comisión».
Ha recordado que las regulaciones actuales se aprobaron 25 años atrás, por lo que era necesario «revisar lo está funcionando bien y qué no. Y es verdad que desde entonces la tecnología ha evolucionado masivamente, drásticamente», por lo que ha defendido una infraestructura global para la UE.
TRES PILARES
En su conferencia, ha basado el desarrollo de esas tecnologías en tres pilares: el primero, invertir en investigación y despliegue de tecnología con la ambición de aumentar el liderazgo tecnológico de la UE con un enfoque industrial, que incluye la creación de un ecosistema europeo de innovadores en todo el espectro informático: la Connected Collaborative Computing» o 3C Network .
Ha puesto como ejemplo unos servicios avanzado de salud que garantice la conectividad entre todos los actores de la cadena de valor: grandes y nuevas empresas en el sector digital, desde chips hasta software, y una red de médicos y otros profesionales médicos, servicios de emergencia y proveedores farmacéuticos.
En segundo lugar, Breton ha defendido un Mercado Único Digital con «un marco regulatorio orientado al futuro que cree igualdad de condiciones», pues afirma que el marco actual está demasiado fragmentado y todavíaa existen demasiados obstáculos regulatorios para la creación de un verdadero mercado único de telecomunicaciones».
«No estamos aprovechando al máximo nuestro mercado único de 450 millones de clientes potenciales. Necesitamos un verdadero mercado único digital para facilitar la aparición de operadores paneuropeos con la misma escala y oportunidades de negocio que sus colegas», ha dicho el comisario europeo.
El tercer pilar es proteger la infraestructura de red digital «para hacerla resiliente y segura», atendiendo al actual contexto geopolítico actual», lo cual hace necesario abordar la seguridad física y la ciberseguridad de las infraestructuras digitales.
Para salvaguardar las aplicaciones críticas de los riesgos de posibles ataques, se necesita «desarrollar estrategias para la transición a una infraestructura digital cuántica segura. El primer paso en esta dirección es desarrollar estándares europeos de cifrado poscuántico y luego implementarlos en toda Europa», y ha anunciado que en en breve, la CE emitirá recomendaciones al respecto.
Al mismo tiempo, los cables submarinos «también son infraestructuras críticas, responsables de transportar más del 99% del tráfico de datos intercontinental y de flujos de datos cruciales dentro de Europa», por lo que ha avisado de que cualquier incidente que perturbe su funcionamiento, «ya sea resultado de un desastre natural o un acto de sabotaje y espionaje, puede afectar intereses vitales de seguridad y socavar la resiliencia» de la economía europea.