Borrell, ante los reproches de la oposición, admite que tal vez debió explicar mejor su idea de Cataluña como nación

El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Josep Borrell, ha afirmado este jueves que «tal vez habrían sido necesarias» más explicaciones acerca de su concepción de Cataluña como nación en su reciente entrevista con la BBC. Así lo ha afirmado, durante una comparecencia en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, ante los reproches que le han dirigido los portavoces de PP, Ciudadanos y UPN.

Borrell se ha mostrado sorprendido del revuelo que han causado sus palabras, teniendo en cuenta que ya expuso en detalle su opinión en su libro Escucha Cataluña, escucha España». En respuesta a Carlos Salvador (UPN), ha afirmado que estuvo a punto de contestar al periodista de la BBC con otra pregunta, «¿qué es para usted una nación?», pero no lo hizo por no convertir la entrevista en una discusión filosófica.

También ha repetido «con mucho gusto» sus palabras sobre los políticos presos: «A mí me hubiera gustado que el juez hubiera encontrado otras medidas precautoras, que no fueran la prisión, para evitar el riesgo de fuga, pero es el juez el que ha decidido y yo respeto su independencia y su criterio». También ha insistido en que, a su modo de ver, «probablemente el mayor obstáculo» para que el juez decretase libertad condicional fue que el expresidente Carles Puigdemont y otros ex consejeros «dejaron colgados de la brocha a sus colegas huyendo».

Todo ello en una comparecencia inicialmente convocada para hablar de la posición española en la crisis de Nicaragua y del cierre de la aduana comercial con Melilla por parte de Marruecos. El ministro ha respondido a las palabras de PP y Ciudadanos pese a recordarles que fueron sus grupos los que fijaron el motivo de la comparecencia.

De su lado, el portavoz de Podemos, Pablo Bustinduy, se ha quejado de que todas las comparecencias terminen derivando en el asunto catalán –y eso que ni ERC ni PDeCAT estaban presentes– y ha recordado que en el pasado eso llevó a que otro ministro de Exteriores –José Manuel García Margallo– terminase debatiendo en la televisión catalana.

El ministro, con todo, ha reconocido que el desafío independentista le afecta en cuanto que la tarea principal del Gobierno es garantizar la integridad territorial del Estado y él dedica «buena parte» de su tiempo a convencer a los organismos internacionales de que España no es el país «represor y neofranquista» que pinta el independentismo.

Es más, se ha mostrado convencido de que sus esfuerzos están dando frutos y de que ese discurso «no es tan dominante» en la prensa extranjera como antes del cambio de Gobierno. Como muestra, ha señalado que tras su reunión con el secretario general del Consejo de Europa, Thorbjorn Jagland, éste destacó, «por primera vez de forma tan contundente», que España es una democracia plena, con un poder judicial independiente y que las soluciones a los conflictos políticos deben buscarse en el marco de la ley.

El ministro ha respondido con sorna a las provocaciones del portavoz popular que le ha tildado de ministro «mínimo y sublime» y ha hecho hincapié en que debería ser ministro «de otra cartera», porque no se puede «consentir a un ministro de Exteriores que diga que Cataluña es una nación». De la misma forma, le ha acusado de querer ponerse «un lazo amarillo» y le ha dicho que sus palabras en la BBC han merecido elogios de ERC.

«¿Cree alguien seriamente que este ministro se ha colgado un lazo amarillo en alguna parte de su cuerpo?», le ha respondido Borrell, que ha pedido a García-Hernández «un poco de seriedad» y le ha recordado que «si se trata de tener un ministro que no le caiga bien a ERC», no debe preocuparse porque él es «el bueno».

En la parte de la comparecencia sobre la aduana de Melilla, el portavoz del PP también le había reprochado «relaciones inconfesables» con Marruecos. El ministro le ha respondido con ironía que no encontraba nada inconfesable «rebuscando en el subconsciente» y que se quedaba más tranquilo cuando García-Hernández le ha aclarado que no se refería a nada «de carácter sexual», sino a sus compromisos con Podemos. «Si tenemos alguna relación debe ser completamente confesable», ha dicho Borrell, recordando que el presidente del Gobierno se reunió en la Moncloa con el líder de Podemos.

NICARAGUA

Sobre la crisis de Nicaragua, en la que ha apostado por la reanudación del diálogo nacional, ha respondido a la oposición que el Gobierno ha estado activo planteando la crisis en los organismos multilaterales y en el seno de la UE, a la que vez que ha mantenido programas de cooperación para no perjudicar a la población.

El ministro ha estado de acuerdo con el portavoz de Ciudadanos, Fernando Maura, en que hay que exigir el fin de la represión, pero le ha preguntado si «se le ocurre alguna otra forma de hacerlo que no sea usando la palabra». Y le ha asegurado que los programas de cooperación institucional que se mantienen no son para reforzar al Gobierno de Daniel Ortega, sino al poder judicial.

Por otro lado, ha desvelado que ha habido algunos casos de peligro para ciudadanos españoles y que un ciudadano español fue retenido en comisaría y liberado 24 horas después, sin cargos. También que los trámites consulares han aumentado un 40 por ciento, una demanda que de momento se afrontará con los recursos disponibles pero no descarta enviar más personal.

Además, ha relatado que el embajador ha estado en contacto con la colonia española, que asciende a 2.414 personas, y que el plan de emergencia consular que se activó en abril está ahora en nivel verde después de haber estado en amarillo todo el verano.

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