Bolivia reconoce problemas económicos por la dificultad para aprobar créditos de organismos multilaterales
La economía del país ha sido recientemente puesta en duda por The Economist
El ministro de Economía y Finanzas Públicas de Bolivia, Marcelo Montenegro, ha reconocido que la fricción política en el país está causando dificultades a la economía boliviana, ya que distintos miembros del órgano legislativo de Bolivia están bloqueando la aprobación de al menos dos préstamos procedentes de organismos multilaterales que aportarían los recursos que se necesitan para continuar el proceso de recuperación.
En una rueda de prensa, el responsable económico del Gobierno ha exhortado a los parlamentarios a actuar con liderazgo para avanzar en la tramitación de estos créditos puesto que, de lo contrario, están negando la recuperación económica y la consolidación del modelo social y productivo que aporta bienestar a los ciudadanos.
El difícil escenario global ha acentuado la necesidad de mayores recursos para la economía de Bolivia, los cuales están llegando a través de distintos organismos multilaterales. Los dos préstamos de los que está pendiente el Ejecutivo proceden del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con un importe total de 500 millones de dólares (unos 457 millones de euros), y de la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional, alcanzando una cifra de 130 millones de dólares (118,8 millones de euros).
«La reconstrucción económica va en beneficio de todos. Se necesita liquidez para abordar este momento importante y preservar la estabilidad que caracteriza a Bolivia, que ha sorteado dificultades en los últimos años y cuenta con, entre otros, la cifra de inflación más baja de América Latina, lo que permite un ambiente propicio para asegurar la estabilidad», ha subrayado Montenegro.
BOLIVIA SE AVECINA A UNA CRISIS ECONÓMICA, SEGÚN THE ECONOMIST
Esta misma semana, el diario The Economist ha manifestado que el modelo económico de Bolivia está «en quiebra», ante la escasez de dólares y los problemas relacionados con el suministro de materias primas y su balanza comercial.
Así, el país se aproxima a una crisis económica que no se puede seguir negando por parte del Gobierno durante mucho más tiempo. Además, las protestas que ya han comenzado en algunas zonas del país podrían agravar aún más la situación.
Recientemente, Bolivia se ha visto abocada a una falta de dólares por la alta demanda y la caída de las reservas internacionales. Esta reducción, provocada principalmente por la caída de las exportaciones y el contexto internacional de inflación, ha despertado cierto temor entre la población, que se ha lanzado a comprar dólares para mantener sus ahorros.
«Es probable que la situación se haya deteriorado aún más desde que el banco publicó los últimos datos semanales en febrero», recoge The Economist , refiriéndose a los 3.538 millones de dólares de reservas (unos 3.340 millones de euros) que tiene el organismo central en sus arcas. Esta cifra, según el propio banco, es reflejo de «estabilidad», pero supone una de las más bajas desde 2014, cuando se superaban los 15.000 dólares (14.181 millones de euros).
Por otro lado, el Banco Fassil, el tercero más importante del país, ha reconocido esta misma semana que se enfrenta a una «desafiante» y «difícil» situación financiera, debido a la desestabilización que ha surgido en el último mes y a la «gran escalada» de especulaciones y rumores sobre una supuesta quiebra e intervención, que no se ha dado por el momento. En este contexto, la entidad ha inhabilitado temporalmente el servicio de tarjetas de débito, crédito y prepago a sus clientes.