Bélgica mantiene el límite de un invitado por hogar en las fiestas navideñas aunque reabre tiendas y museos
No contempla relajar las restricciones antes de mitad de enero
BRUSELAS, 27
Bélgica mantendrá las restricciones en época navideña pese a que las cifras de contagios y hospitalizaciones por coronavirus están reduciéndose porque considera que el riesgo de propagación sigue siendo «máximo», por lo que no permitirá las cenas con invitados en Navidad –solo las personas solas podrán recibir a dos contactos– y mantendrá el toque de queda.
«También a mí me hubiera gustado cenar con mi hermana, mis padres o mis suegros, pero no podrá ser este año», ha lamentado el primer ministro, Alexander de Croo, en una rueda de prensa tras la reunión del comité de crisis que se reúne periódicamente para evaluar la situación y adaptar las medidas.
Las autoridades federales ya limitaron a una única persona el número de invitados que podría tener un hogar, y subrayando que siempre sería el mismo, aunque amplió a dos contactos el permiso para quienes viven solos para evitar su aislamiento. Esta norma se mantiene en estos términos durante el periodo vacacional de navidad para evitar que en las fechas más señaladas se celebren encuentros más numerosos.
Pese a mantener las principales medidas restrictivas, incluido el cierre de los bares y restaurantes y la prohibición de recibir a más de una persona en los hogares, los Gobiernos federal y regionales sí han acordado pese a las dudas de los expertos la reapertura de los comercios considerados «no esenciales» a partir del próximo 1 de diciembre.
Los comercios en general tuvieron que cerrar su actividad hace un mes al dispararse los contagios y temer las autoridades que los hospitales se vieran desbordados. Las compras en un establecimiento estarán limitadas a treinta minutos y no se podrá ir acompañado.
Seguirán cerrados los negocios considerados «de contacto», como las peluquerías o los centros de estética, y se mantienen otras prohibiciones como el de reunión de más de cuatro personas en el exterior y la prohibición de fuegos artificiales.
«Si desconfinamos demasiado rápido, las cifras se dispararán de nuevo», ha manifestado. «Una tercera ola sería más virulenta y aún más difícil de gestionar», ha dicho De Croo, quien ha explicado que las cifras «ya no son dramáticas» como lo fueron hace un mes, pero siguen siendo preocupantes.
El primer ministro ha avisado además de que no se contempla levantar otras restricciones en las próximas semanas y que solo si se supera el invierno con las cifras de contagios y hospitalizaciones bajo control entonces las autoridades contemplarán relajar medidas «a mediados de enero».
«No puede ser que por cuatro días perdamos todos los avances ganados a lo largo de cuatro semanas», se ha justificado De Croo, tras la reunión en la que también han participado las autoridades regionales para coordinar las medidas.
Además, De Croo ha recordado que Bélgica sigue «desaconsejando fuertemente» los viajes a zonas consideradas rojas por el riesgo de contagio y ha avisado de que reforzará los controles sobre los viajeros que regresen de tales zonas, para asegurarse de que cumplen los periodos de cuarentena exigidos.
«Hay que ser prudentes porque, aunque las cifras evolucionan por el buen camino, pueden no serlo en otros países y lo último que quisiéramos sería reimportar el virus», ha avisado el primer ministro liberal.
También se ha referido especialmente a las zonas de esquí y aclarado que está en contacto con los países vecinos para coordinar medidas a nivel europeo. Bélgica, junto a Alemania y Francia, han anunciado ya que mantendrán cerradas las pistas de esquí durante el periodo vacacional, y mantiene contactos con Suiza y Austria, más reticentes a dar este paso, para convencerles.
De Croo ha recordado que la pandemia explotó en Europa en febrero tras las vacaciones del periodo de vacacional durante las cuales los viajes ayudaron a propagar más rápidamente el virus por toda la UE.