Bengoa advierte de que reformar el Sistema Nacional de Salud es una «emergencia real» que no se puede seguir retrasando

El doctor Rafael Bengoa Rentería, coordinador del Instituto de Salud y Estrategia (SI-Health), exconsejero de Sanidad del País Vasco y asesor internacional en políticas de salud, ha defendido que la necesidad de introducir reformas en el Sistema Nacional de Salud (SNS) «se tiene que ver como una emergencia real, que no se puede seguir postergando».

«La pandemia de la COVID-19 lo ha hecho mucho más patente, aunque el sistema ya estaba fallando con anterioridad», ha asegurado el exconsejero de Sanidad del País Vasco durante su participación en el segundo debate del ciclo Cardio On Air 2022 , organizado por la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Por su parte, el presidente de la SEC, Julián Pérez-Villacastín, ha denunciado que «la sanidad se encuentra saturada». «Se están retrasando tratamientos a los pacientes por acúmulo de casos, en algunas ocasiones graves, y se está creando una especie de bola de nieve. La atención primaria ha sufrido una enorme presión, los hospitales tienen más lista de espera que nunca, y los médicos y el personal de enfermería están bastante sobrecargados», ha argumentado.

Para Bengoa, el SNS es excelente en la atención a la patología aguda y «así debe seguir siendo», pero su principal reto reside en el volumen de enfermos crónicos. Y es que, «el 90 por ciento de la mortalidad está relacionada con la cronicidad y estos pacientes representan el 70 por ciento del gasto sanitario».

«Seguimos focalizados casi exclusivamente en curar con avances en tratamientos. A pesar de su espectacularidad, esos avances en tratamiento nunca serán suficientes para contener el reto de las enfermedades crónicas como el cáncer o las enfermedades cardiovasculares. El Sistema Nacional de Salud nunca será sostenible con ese enfoque exclusivamente curativo. Al milagro de la curación debe añadirse el milagro de la prevención», ha lamentado.

Sin embargo, Bengoa ha defendido que es posible lanzar una serie de reformas para alcanzar esa sostenibilidad: reforzar la importancia de la medicina preventiva, mejorar la atención de los pacientes crónicos para que puedan ser atendidos en sus domicilios e invertir en tecnología para poder hacer salud digital de forma ambiciosa.

«El 30 por ciento de los pacientes que van a urgencias y ocupan una cama, lo hacen porque no hemos actuado proactivamente sobre ellos. Poner en marcha una estrategia de salud digital ambiciosa permitiría atender a los pacientes en sus propios domicilios. La salud digital nos permite conocer cuando se están descompensando y así poder actuar preventivamente», ha destacado.

En la misma línea de lo que ha expresado Bengoa, el doctor Pérez-Villacastín ha reivindicado que lo que necesita el sistema son cambios de tipo organizativo: «Se pueden llevar a cabo cambios de innovación organizativa que ayuden a resolver los problemas sin necesidad de incrementar los costes o el presupuesto».

Sobre quiénes deben poner en marcha estas reformas, Bengoa ha afirmado que los clínicos y los directores de los hospitales deben seguir presionando para que se lleven a cabo, «pero ahora la pelota está en el tejado de los políticos».

Desde su punto de vista, las sociedades científicas también juegan un importante papel para sensibilizar a la clase política. «Es el momento de iniciar un cambio muy importante para que podamos seguir disfrutando de un sistema de salud público fuerte y sostenible», ha remarcado.