Batet aboga en Marruecos por la colaboración entre políticos y líderes religiosos para combatir los discursos de odio
La presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, considera necesario fomentar la colaboración entre los parlamentarios y los líderes religiosos de las distintas confesiones para trabajar por la tolerancia y combatir los discursos de odio.
Así lo ha puesto de manifiesto Batet durante su intervención este martes en la Conferencia Parlamentaria sobre Diálogo Interreligioso, organizada en Marrakech por la Unión Interparlamentaria y el Parlamento de Marruecos.
Esta cita reúne este martes y miércoles a presidentes de parlamentos, parlamentarios, líderes religiosos, representantes de la sociedad civil y expertos para debatir sobre algunos desafíos globales y promover sociedades tolerantes, diversas e inclusivas, garantizar el respeto a la dignidad y los derechos humanos, fomentar el diálogo y la cooperación, y contribuir a la defensa de la paz y de los valores democráticos.
Batet encabeza la delegación de las Cortes presente en este foro de la que forman parte también la vicepresidenta segunda del Congreso de los Diputados, Ana Pastor; el presidente de la delegación española en la Asamblea de la UIP, el popular José Ignacio Echániz; el vicepresidente de la delegación, el senador socialista José Cepeda, su compañera en la Cámara Alta Ana Martínez.
PREVENCIÓN DEL EXTREMISMO
Durante su intervención, la presidenta del Congreso ha defendido que «los líderes religiosos pueden desempeñar una labor muy importante en la promoción del diálogo y la prevención del extremismo y el discurso del odio, al ser influyentes en sus comunidades».
En este contexto ha resaltado la conveniencia de expandir las redes y plataformas de líderes religiosos por la paz, los programas de formación y también de fomentar la cooperación con otras comunidades en proyectos comunes.
Desde su punto de vista, Internet es un área prioritaria de actuación para ese trabajo conjunto de políticos y líderes religiosos.
«Hay un creciente uso de estos medios tecnológicos para extender el odio y la xenofobia y debemos encarar esa tendencia promoviendo los valores positivos del respeto y de la convivencia, el valor positivo de vivir en una sociedad que sabe integrar el pluralismo y las diferencias y en la que todos tienen el derecho a ser reconocidos como merecedores de consideración y respeto, piensen lo que piensen, sean de donde sean y tengan la religión que tengan», ha argumentado.
Para Batet, «garantizar y respetar el pluralismo social y religioso es una pieza imprescindible en la construcción de la democracia». En este contexto, ha puesto en valor el principio fundamental de la neutralidad del Estado respecto de la libertad ideológica y religiosa.
«El sistema constitucional español parte del presupuesto de que las relaciones entre el Estado y las confesiones religiosas deben asentarse, de forma clara y expresa sobre el respeto, la libertad, la igualdad y la autonomía. Un nítido principio de aconfesionalidad, que constituye el presupuesto básico para la convivencia propia de una sociedad plural y democrática», ha aseverado.